Los expertos exigen políticas económicas de largo plazo en América Latina para llevar a cabo la transición de la matriz energética hacia fuentes renovables no convencionales como la solar o la eólica.

"Necesitamos una hoja de ruta clara", pidió Eduardo Valente, socio de Energía y Minería de la consultora EY, en el marco del Latam Energy Forum de dos días que se inició este martes en Santiago.

La realidad de los países es muy diferente. Mientras Chile y Uruguay han hecho apuestas claras por la energía solar y eólica, respectivamente, en Perú, por ejemplo, presa de una crisis política en los últimos meses que se ha saldado con el cambio de presidente y la constitución de un nuevo gobierno, el avance está muy rezagado, según César Butrón, presidente de COES-SINAC.

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Financiación y comercialización, integración de las energías renovables no convencionales a la red, interconexión regional o nuevas soluciones de estabilidad para los sistemas eléctricos, son algunas de las aristas de la producción energética limpia en la región todavía no resueltas.

Ante la tendencia imparable a jubilar los combustibles fósiles, "lo que vamos a ver en la próxima década va a ser sorprendente. Esto es cada vez más rápido, más radical y más fuerte", aseguró  José Ignacio Escobar, director general para Sudamérica de la española Acciona Energía.

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"En 2030, ojalá tengamos un mundo con más del 50% de energías renovables",  manifestó el ejecutivo.

Si la región explotara solo un 10% del potencial de energía eólica y solar, la producción energética sería 8 y 14 veces más, respectivamente, que el consumo de energía actual de 21 países de la región, señaló Carolina Zelaya, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía de Chile.