Al igual que el gigante del blues Robert Johnson, cuyo dominio de una guitarra Gibson se dice que era el resultado de un pacto con el diablo, la compañía llegó a una encrucijada. Después de 116 años, el diablo está llamando a la puerta de Gibson.

Una deuda de hasta US$560 millones se vence este verano, y los inversores están murmurando que el máximo ejecutivo Henry Juszkiewicz tiene que irse.

Juszkiewicz vendió una parte del alma de Gibson en un intento de convertirse en algo más que solo el fabricante de la guitarra más adorada del mundo. Compró partes de compañías de productos electrónicos para relanzar Gibson Guitars como Gibson Brands Inc., una compañía de "estilo de vida musical". No funcionó como estaba planeado.

"Mi sueño era ser el Nike del estilo de vida musical", dijo Juszkiewicz en una entrevista. "En este momento, para ser franco, tengo que reducir esa ambición".

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Elvis Presley cambió la historia con una Gibson J200. El famoso solo de Eric Clapton en la canción "While My Guitar Gently Weeps" de los Beatles fue interpretado en una Gibson, y cuando el joven B.B. King huyó de un edificio en llamas y se dio cuenta de que había dejado su Gibson, arriesgó su vida volviendo a entrar para recuperarla. El fuego había sido iniciado accidentalmente por dos hombres que peleaban por una mujer, y King le puso su nombre a la guitarra: Lucille.

Pero al pop le importa poco la leyenda. Gibson dice que las ventas son sólidas, pero las guitarras no tienen la mística que tenían en la época de King.

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Electrónica de consumo

"Tenemos una generación más joven que entra con gustos de un tipo diferente de música", dijo Al Di Meola, guitarrista de jazz ganador de un Grammy.

Juszkiewicz intentó diversificarse. Compró una línea de productos electrónicos de consumo a la compañía japonesa Onkyo Corp. y en 2014 añadió el negocio de entretenimiento doméstico y audio de Royal Philips NV, WOOX Innovations, por US$135 millones.

Las compras se adecúan a la visión de Juszkiewicz para el futuro de la compañía. No todos estuvieron contentos.

"Gibson escogió entrar en ese mercado donde compiten con peces realmente gordos", dijo Pat Foley, titular de relaciones con artistas de Orange Amplifiers y que dirigió las relaciones de entretenimiento de Gibson a nivel mundial antes de ser despedido en 2014. "En el mercado de las guitarras, nosotros éramos los peces gordos".

Consumo de efectivo

Al parecer, no hay vuelta atrás. La compañía, controlada por un número reducido de accionistas, no participó en la muestra de la Asociación Nacional de Comerciantes de Música realizada en enero, el principal evento comercial de la industria de la música. En cambio, los ejecutivos asistieron al Salón Internacional de Electrónica de Consumo (CES, por sus siglas en inglés) junto a gigantes tecnológicos como Sony Corp.

La transición ha consumido más efectivo de lo esperado, especialmente después del acuerdo de Philips.

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Un inminente vencimiento de bonos por US$375 millones significa que se está quedando sin tiempo para recuperarse, según Kevin Cassidy, analista sénior de Moody's Investors Service. Además del pago del 1 de agosto, la compañía tiene una "garantía derivada" que hará que US$185 millones de deuda se actualicen en julio si Gibson se retrasa en los pagos, según S&P Global Ratings. Gibson también enfrenta condiciones crediticias más estrictas por parte de sus proveedores y una creciente presión con las nuevas regulaciones a la importación de palisandro, material clave para los instrumentos de gama alta de Gibson, según S&P.

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Para recaudar efectivo, Gibson Brands vendió en diciembre su fábrica de Memphis a las firmas de capital privado Somera Road y Tricera Capital por US$14,1 millones. Continúa trabajando allí, por ahora.

"Su esperanza es que la estructura de capital sea refinanciable si pueden reducir el apalancamiento", dijo Cassidy, de Moody's. "Creemos que la probabilidad de un incumplimiento o algún tipo de reestructuración financiera es bastante alta".

Si los acreedores se salen con la suya, Juszkiewicz, después de más de 30 años en la compañía, no seguirá dirigiendo Gibson por mucho más tiempo. Un grupo organizado de tenedores de bonos está impulsando una reestructuración que les otorgaría la propiedad de la compañía y les permitiría instalar un nuevo titular. Juszkiewicz lo ha rechazado públicamente.

Gibson es "una compañía que perdió el enfoque", dijo Laurence Juber, exguitarrista de la banda de la década de los setenta de Paul McCartney, Wings, ganador de premios Grammy y que posee siete Gibson. "Es una de las marcas icónicas. No puedo imaginar que desaparezca".