Luego de que las familias Marín, Perez Cruz y Hornahuer vendieran sus participaciones en la propiedad de CGE a Gas Natural Fenosa en noviembre del año pasado, la familia Pérez Cruz, que tenía en su poder el 11,35% de la compañía, ha destinado US$166 millones para aumentar su propiedad en Gasco, una filial de CGE.

Así, la familia que históricamente ha tenido una importante presencia en la firma  y que incluso hasta antes de la OPA era la mayor accionista individual (12,8%), tras la propia CGE (56,6%), ha sumado desde noviembre de 2014 a la fecha un 11,67% adicional en la distribuidora de gas mediante nueve operaciones, realizadas entre el 27 de marzo y el 7 de abril. Dos de ellas, materializadas el 27 y el 31 de marzo, superaron los $20.707 millones de forma independiente.

Las adquisiciones fueron realizadas por medio de las sociedades Inmobiliaria Lomas de Quelén, Inmobiliaria Liguai e Inmobiliaria el Maqui, todas ellas ligadas a la Familia Pérez Cruz.

Por otra parte, la familia Marín, que era propietaria de un 4,9% de Gasco, ha seguido el camino opuesto y ha vendido parte por cerca de US$1,5 millones (0,11% de la propiedad).

Mientras los Pérez Cruz pagaron $5.700 por cada acción que adquirieron, los Marín recibieron $4.900 por cada papel. En la última junta de accionistas, el 16 de abril, fueron ratificados en el directorio Andrés Pérez Cruz y Matías Pérez Cruz.

La familia Marín, en tanto, ha concentrado sus operaciones en Detroit -empresa relacionada a la ingeniería y maquinaria-, donde a través de seis operaciones han destinado US$4,7 millones para comprar el 1,2% de los papeles de la compañía, donde tanto Jorge Marín Correa como Rodrigo Marín Correa son parte del directorio.

Sin embargo, hubo otras dos operaciones realizadas por la familia Marín, donde María Luz Muñoz Marín vendió 4.265 acciones a su padre, Eduardo Muñoz Vivaldi - donde además su hermano, Rodrigo Muñoz Vivaldi, es director- tras lo cual obtuvo el 0,12% de la propiedad de Detroit.