"Capital, capital, capital", solía decir Tim Geithner. El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos repetía la frase con énfasis, insistiendo en su importancia para dar seguridad a los bancos.
Pero con los miembros de la Reserva Federal reunidos ayer, Geithner obtuvo su deseo más que literalmente. Los bancos estadounidenses estarán sujetos a múltiples niveles de requisitos de capital, diseñados para desincentivar el comportamiento riesgoso y hacer más difícil la evasión de las reglas.
La Fed informó que obligará a los bancos a acatar las nuevas reglas de capital de Basilea III en enero incluso cuando pone fin a reglas incluso más estrictas, dijo el banco central, en momentos en que reveló detalles de la fuerte reforma diseñada para hacer más seguro el sistema financiero.
Criticado por muchos banqueros -incluyendo Jamie Dimon de JPMorgan, quien arremetió contra su formulación "anti estadounidense"- la versión final del acuerdo internacional adoptado por la Fed ofrece pocas concesiones a la industria.
El acuerdo de Basilea III obliga a los bancos a mantener un mínimo de 7% de capital contra activos ponderados por riesgo por fases durante cinco años.
Ben Bernanke, presidente de la Fed dijo en comentarios preparados: "Críticamente, este marco requiere que las organizaciones bancarias mantengan más capital y de mejor calidad, lo cual actúa como un colchón financiero para absorber pérdidas, reduciendo al mismo tiempo el incentivo para que las firmas tomen riesgos excesivos".
Dan Tarullo, gobernador de la Fed a cargo de regulación, prometió ir más allá, sujetando a los bancos estadounidenses a un ratio de apalancamiento más estricto, una medida de acciones como porcentaje de los activos totales preferido por algunos funcionarios como una métrica más sencilla que es más difícil de evadir por parte de los bancos.
Dijo que la Fed estaba "muy cerca" de una propuesta que pondría un límite más estricto al apalancamiento para los bancos estadounidenses. "El ratio de apalancamiento de Basilea III parece ser demasiado bajo para ser una contraparte efectiva para la combinación de medidas de capital ponderado por riesgo que se han acordado internacionalmente", afirmó.
Una propuesta para obligar a los bancos a mantener una cantidad mínima de deuda para ser convertida en acciones durante una crisis para recapitalizarlos podría producirse "en los próximos meses", dijo Tarullo. Los bancos incluyendo Wells Fargo están preocupados acerca de la propuesta.
Una tercera propuesta adicional que se está desarrollando busca reducir la dependencia de los grandes bancos estadounidenses dependientes del financiamiento mayorista de corto plazo, obligándolos a mantener todavía más capital, dijo Tarullo.
Estados Unidos ha sido presionado por autoridades desde la canciller alemana, Angela Merkel al comisionado europeo Michel Barnier, para implementar los estándares globales de Basilea III, diseñados para hacer a los bancos más resilientes en caso de crisis.