Pese a estar en medio de sus vacaciones, el senador del PPD Felipe Harboe no se desconecta de la crisis que vive su partido.

Desde su descanso aborda el escenario que enfrentará la colectividad durante los próximos meses e insiste en que antes de pensar en candidatos para conducir el PPD, lo primero es fijar el domicilio político. Reconoce, en todo caso, que su colega Ricardo Lagos Weber tiene las condiciones para llevar adelante un proceso de conducción interna.

Aboga por un partido progresista, pero que entienda que el sector privado tiene un rol importante que jugar. Asegura que si no se da un golpe de timón el PPD se convertirá en "el partido de Girardi" y que todos los defensores de la social democracia terminarán abandonando la colectividad.

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No escabulle a un posible rol de interlocutor con el gobierno de Sebastián Piñera y señala que el Gobierno reaccionó con retraso a la polémica que enfrentó a Carabineros y el Ministerio Público por la Operación Huracán.

¿Qué nivel de crisis enfrenta el PPD?

- En el PPD tenemos una crisis muy profunda que tiene que ver con el domicilio político, que tiene que ver con la marca, pero que también tiene que ver con la ética relacional, la forma en que nos relacionamos internamente. La ética de lenguaje se ha ido perdiendo, la descalificación se ha ido instalando y eso es muy malo.

¿A nivel mediático o interno?

-En los dos ámbitos, se ha ido instalando la idea de que en vez de legítimos adversarios dentro de un mismo colectivo se instala la idea de que somos casi adversarios políticos cuando en verdad no lo somos. Tenemos que recuperar la ética y la estética del lenguaje.

Usted ha señalado que antes que nombres hay que determinar otras cosas como el domicilio político, ¿qué impronta debe tener el nuevo presidente del PPD?

-Si el PPD fija su domicilio político en la centroizquierda, con un ideario progresista pero entendiendo que la libertad y el sector privado tienen un rol importante que jugar, vuelve a poner ideas audaces, sobre todo en libertades ciudadanas y derechos de las minorías, mi percepción es que tenemos que tener un liderazgo joven, nuevo. Si el PPD quiere consolidarse como un partido tradicional ahí da lo mismo quién lo conduzca.

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¿Cuál debe ser el domicilio político del PPD?

-El PPD le dio a la Concertación y a la Nueva Mayoría la amplitud al mundo social cristiano hacia el mundo liberal progresista. Cuando toma la decisión de "izquierdizarse" y le disputa el nicho electoral al PS y al Frente Amplio detona la derrota electoral. La pregunta es ¿qué le ofrecerá el PPD a sus aliados tradicionales?, ¿cuál será nuestra visión?.

Si el rumbo ideológico que toma el PPD coincide con lo que usted piensa, ¿estaría dispuesto a liderar ese proceso y presidir el partido?

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-Yo estoy dispuesto sólo a ser parte de un colectivo. La crisis es tan profunda que pensar que alguien quiere ser presidente del PPD sin definiciones previas es alterar el orden. El orden de los factores sí genera una diferencia en el resultado.

O sea que cualquier nombre que asome ahora no tiene ningún sentido…

-Claro, porque tenemos que discutir un tema más profundo, tenemos que darnos una discusión de fondo, de hacia dónde vamos. Escuché a alguien que planteaba fusionar el PPD con otros partidos o hacer una coalición con el Frente Amplio. Las fusiones se hacen en función de convicciones y acuerdos programáticos. Aquí nadie ha discutido de visión de sociedad o de acuerdos programáticos.

En medio de la polarización que vive el partido, ¿podría Lagos Weber ser una figura que logre conciliar el alma social demócrata con el alma más progresista del partido?

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-Lo primero es que hay más de dos espacios, distintos matices dentro del PPD. Y bueno, sí, Ricardo tiene las condiciones de liderazgo interno como para poder llevar adelante un proceso de conducción. Lo que pasa es que eso dependerá primero de su definición personal, pero también se requiere cierta definición del domicilio político. Lo hemos conversado largamente. Porque claro, un Ricardo Lagos Weber o yo siendo presidentes de un partido que en sus bases toma la decisión de aliarse con el Frente Amplio es bastante distinto.

¿Hay un escenario para que el dominio y la influencia que ha tenido Guido Girardi se atenúen y le abra la puerta a que un liderazgo de otro sector conduzca el partido?

-Yo diría que el control es más aparente que real, es más mediático que efectivo, sobre todo en el escenario actual en que siete de cada diez militantes son completamente nuevos. Los que sacan cálculos anticipados están equivocados. Hoy los niveles de transparencia en las elecciones de los partidos exigen presencia de veedores del Servel y eso va a significar un mejoramiento en las condiciones democráticas internas.

¿No han existido garantías democráticas en los últimos procesos internos del PPD?

-O sea, es evidente. Pero las cosas están cambiando y eso es sano para todos los partidos y puede hacer variar la correlación de fuerzas. Lo más delicado en las últimas dos décadas es que mucha gente del mundo social liberal se ha ido, muchos se han marginado. Basta recordar no sólo a Brunner, sino también a personajes como Martín Manterola o Marco Moreno, todo el mundo social demócrata renunció al PPD. Entonces, al final, lo que podría ocurrir es que si todo sigue igual, el PPD podría terminar siendo el partido de Girardi y todo el resto nos vamos a otro lado. Por eso yo creo que es importante dar la pelea desde adentro.

¿Usted está dispuesto a asumir un rol de interlocutor con el gobierno de Sebastián Piñera?

-Quien conversa para que el país le vaya bien jamás se humilla ni se equivoca. Yo estaré siempre disponible para articular aquellos acuerdos que produndicen libertades. Pero también seré vigilante si alguien quiere plantear una reducción de libertades ciudadanas. Estoy disponible.

Le gustaría ejercer ese rol desde la presidencia del Senado?

-Es que no depende de mí, tiene que ver con negociaciones que lleven los jefes de comité. Si se da, estupendo, pero si no es así, es la vida, punto. La articulación política es parte del liderazgo, los líderes que no acuerdan no logran resultados.

¿Qué opinión tiene del actuar del Gobierno en el conflicto que tiene enfrentados a Carabineros con el Ministerio Públicopor la Operación Huracán?

-El gobierno actuó tardíamente porque no fue capaz de ponderar la profundidad de la crisis, porque es la crisis más profunda que ha vivido el sistema procesal penal desde su instalación. Cualquiera sea la institución que tenga razón, léase Fiscalía o Carabineros, la otra saldrá muy dañada. El 11 de diciembre cuando se iniciaron las discusiones judiciales de este tema el Gobierno debió actuar, porque además es querellante, y debió enterarse de lo que pasaba a través de los escritos judiciales presentados por ambas instituciones.