Este año la feria de arte contemporáneo Chaco cumple 5 años de vida consolidándose como la instancia de comercialización de arte más importante del país. Un gran esfuerzo de un puñado de personas ligadas al arte que han tenido que sortear un sinnúmero de problemas tanto administrativos, financieros como gubernamentales para sacar adelante este emprendimiento que estrena su quinta versión hoy en la Estación Mapocho. De su primera edición en el Club de Planeadores de Vitacura el 2009, con 19 galerías chilenas , 7 extranjeras y 25 mil espectadores, hoy está instalada en la Estación Mapocho, lo que la hace mucho más masiva y menos elitista. Se espera la visita de más de 50.000 personas, además de contar un circuito alternativo de galerías privadas que vienen anexas con la feria.
Asimismo, dado la precariedad de la industria del arte en nuestro país, Feria Chaco ha tenido que ser no sólo una instancia de compra y venta para el coleccionismo privado, sino que también, como bien dice el curador Camilo Yañez, "un inyector de conversatorios y debate nacional, generando una discusión sobre la disciplina". En otras palabras, tiene que ser juez y parte en la amplificación del arte chileno, de su comercialización y de una propuesta país frente al tema. Sorprende que sean siempre los privados quienes impulsan la masificación del arte, en donde tanto los museos privados como otras organizaciones culturales velan por este famélico personaje llamado "arte chileno". Lo vemos también con la Feria Faxxi que propone arte contemporáneo emergente o bien la reciente exposición de Juan Yarur en el MAC o lo que hace la Fundación Itaú, entre otros esfuerzos privados.
Extraña además que si somos la vedette de Sudamérica en torno a inversión extranjera, seguridad y calidad de vida, estemos tan atrasados en esta materia. Los demás países de la región cuentan con una Feria Internacional de Arte, siendo Arte Ba en Argentina la más conocida, pero Colombia, Brasil y Perú no se quedan atrás. Todas apoyadas por sus gobiernos de turno, independientes del color político. ¿Y nosotros? cri cri…
Ahora bien, viendo el vaso medio lleno, el fenómeno de Chaco ha servido para instalar las palabras "mercado", "industria" y derribar conceptos anacrónicos del arte local como que es malo, fome y precario. Eso ya no se discute, lo mismo que el artista mantenga su integridad artística aunque sea comercial. Avances gigantes para instalar la conversación en torno a la democratización del arte y una celebración cultural de un país. Como bien dice Irene Abujatum, codirectora de Chaco, esta feria es inclusiva ya que "solamente un 1% podría ser comprador, el 99% restante es público que busca vivir una experiencia de arte". Y aquí radica también un elemento fundamental que se perdió durante muchos años y hoy ya está instalado: que las artes visuales sean también una instancia social, un panorama cultural válido y solicitado por la población. No todo son conciertos en vivo de grandes músicos, fiestas electrónicas, ferias de moda, diseño, malls, teatro, fútbol y deporte para hacer panoramas y disfrutar en familia. Hoy también tenemos Chaco. Se amplia la oferta, todos mucho más contentos.
(*) Director ejecutivo ALTA Comunicación