El fabricante de vehículos deportivos de lujo Ferrari debutó hoy en la Bolsa de Milán y lo hizo con pérdidas iniciales, que superó al cierre, por la turbulenta jornada bursátil que atravesó Europa debido a los malos datos que llegaron desde el influyente mercado asiático.

Ferrari comenzó con un precio de salida de 43 euros (46,7 dólares) por acción y, aunque aceleró hasta los 43,24 euros (46,9 dólares) durante los primeros minutos de cotización, acto seguido su precio cedió hasta los 41,75 euros (45,3 dólares) y sus títulos fueron suspendidos momentáneamente al perder un 3,89%.

No obstante durante esta primera sesión del año Ferrari en su estreno evitó, al final de la jornada, saldarlo en negativo y logró remontar con una ganancia del 0,53% hasta alcanzar los 43,67 euros (47,4 dólares).

La casa de Maranello se vio perjudicada por la evolución de la práctica totalidad del mercado europeo, que atravesó una jornada complicada a causa del cierre prematuro de los listines chinos por las graves pérdidas que registraron.

El debut de Ferrari, que también cotiza en Wall Street desde octubre, fue celebrado en un acto en el que participaron, entre otros, su presidente, Sergio Marchionne, y el de su antigua matriz, Fiat Chrysler Automobiles (FCA), John Elkann.

También acudió el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, que con su presencia puso de manifiesto la importancia de que una de las compañías más potentes del mundo y estandarte de que la italianidad esté presente en listín milanés.

Tras el toque de la campana que marca el comienzo de la cotización, Marchionne escribió un mensaje en el libro de honor de la institución: "una nueva meta, un nuevo comienzo".

El directivo restó importancia a los primeros datos de Ferrari ya que, subrayó, "se necesita tiempo" para valorar su evolución.

"El cierre del mercado de hoy no creo que signifique nada. Debemos esperar que en las próximas semanas desaparezcan las interferencias. Esperamos que se ordenen", consideró.

Asimismo dijo que "es impensable un Ferrari fabricado fuera de los históricos muros de la factoría de Maranello" y destacó de la marca su capacidad creativa y su diseño, aspectos, en su opinión, intrínsecos a la cultura italiana.

En lo deportivo, Marchionne expresó su deseo de que el 2016 sea el año en el que Ferrari "regrese a la cumbre de la Fórmula Uno".

"El equipo es fuerte y cohesionado, nos falta poco. Estamos trabajando mucho, con competitividad, para volver a ser el equipo a batir, tal y como nuestra historia exige", aseguró.

Renzi presumió de la mejora del estado de salud de la economía del país y afirmó que su deseo es que el 2016 sea "el año en el que dejemos de recuperarnos de los retrasos y comencemos a correr más rápido que los demás países".

El debut de Ferrari era una de las fechas remarcadas en el calendario económico y, por ello, la Bolsa se engalanó con el típico color "rosso" de la escudería en su fachada y a sus puertas pudieron verse aparcados varios ejemplares, entre ellos el nuevo F12TdF.

Ferrari formaba parte del grupo italo-estadounidense FCA pero este concluyó ayer la escisión de la escudería para otorgarle mayor independencia empresarial sin dejar, eso sí, de controlarla.

En la práctica los socios de FCA se quedarán con el 80 % de Ferrari y los mandos seguirán estando controlados por la familia Agnelli, que de facto la controlará a través de su holding Exor con el 33,4 % de las acciones con derecho de voto.

Todas las acciones de FCA en la compañía escindida pasan a una nueva empresa holandesa, FE Interim B.V, constituida recientemente para este fin.