Ben Bernanke estaba en la mitad de su primer mandato en la Reserva Federal cuando la economía estadounidense sucumbió a la crisis financiera, Janet Yellen, la actual presidenta, lo acompañaba en ese entonces como gobernadora para convertirse en la vicepresidenta en 2010, cuando aún encaraban el desafío de reactivar la actividad. A partir de este sábado, ambos formarán parte de la historia del central estadounidense, dejando como legado una economía que marcha sobre cuatro ruedas, con pleno empleo y un crecimiento en torno a 3%.
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Los elogios sobran para esta dupla. "En la respuesta de liderazgo de la Fed, a la tarea de volver a encarrilar la economía después de la recesión, les daría altas calificaciones", afirma a Pulso Sam Bullard, director ejecutivo de Wells Fargo Securities.
Su opinión es compartida por Andrew Kenningham, economista de Capital Economics, quien sostiene que "Ben Bernanke y Janet Yellen han hecho un trabajo excelente entre los dos. No puedo pensar en una razón para darles menos de diez puntos de diez".
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Poco convencional
Pero la tarea no fue fácil para estos dos funcionarios que venían del mundo académico. La tasa de interés permanecía en su mínimo histórico, sin lograr apuntalar a la golpeada economía; por eso tuvieron que buscar nuevas alternativas.
El uso de herramientas de política no convencional fue la respuesta. En 2009 se inyectó US$1 billón (millón de millones) en el sistema financiero mediante la compra de bonos del Tesoro y valores hipotecarios, en un programa que se aplicó en otras dos oportunidades y que trajo el término Quantitative Easing (QE) al léxico estadounidense y financiero.
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La apuesta tuvo tal éxito que grandes bancos centrales, como el BCE o el Bando de Japón, decidieron emprender el mismo rumbo. Bernanke y Yellen "tuvieron el coraje de dirigir políticas no convencionales, que cada vez se consideran más convencionales", destaca Joseph Gagnon, ex funcionario de la Fed e investigador senior de Peterson Institute.
En ese marco, la saliente presidenta de la Fed tuvo la misión de ir retirando los estímulos ante la tracción ganada por la actividad del país. Los pasos que dio no generaron ningún tipo de turbulencias en los mercados, entregando una economía en calma a su sucesor.
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Que el enfoque de Bernanke y Yellen continúe con Jerome Powell es algo que está por verse, considerando que fue elegido por Trump por su apoyo a la desregulación, algo que no comparte la dupla dorada.