Los fiscales pidieron un "castigo severo" contra Bo Xilai, la caída estrella política china, a medida que terminó el juicio político más melodramático de ese país en tres décadas.

Bo, que hasta inicios del año pasado era secretario del Partido Comunista para la municipalidad Chongqing, y miembro de su politburó, el organismo ejecutivo de la elite del partido, alguna vez fue considerado como un posible miembro de la cabeza del partido. El tribunal dijo que emitiría un veredicto en una fecha futura.

Se expulsión se dio después de que Wang Lijun, su antiguo jefe policial y aliado, volara al consulado de EEUU en Chengdu en febrero de 2012, con evidencias de que la esposa de Bo, Gu Kailai, había envenenado al ex agente de la pareja, el empresario británico Neil Heywood.

Tras las condenas de Gu por asesinato y Wang por su  fallida deserción el año pasado, Bu fue acusado de cargos de corrupción, malversación y abuso de poder en un juicio de cinco días, visto ampliamente como una presentación cuidadosa del mando del Partido Comunista para liberarse de Bo.

El presidente, Xi Jinping, llegó al poder el año pasado en medio de la mayor disyuntiva política del partido en torno a las ambiciones de Bo para un cargo superior, su estilo populista y sus alianzas con autoridades senior en el servicio de seguridad y el militar.

Li Fangping, abogado de derechos humanos, dijo que "Bo Xilai es un hombre con carisma y tiene una gran influencia política en China; hay gente afuera y adentro del partido que no están de acuerdo con su salida. Por lo tanto, juzgarlo sólo por estos cargos criminales genera suspicacias de supresión política".

Li agregó que el juicio "le permitió a las autoridades controlar tanto la opinión pública y mostrar que no están interfiriendo en los procedimientos del tribunal.

El tribunal intermedio de Jinan publicó en su microblog los procedimientos en transcripciones editadas y tardías, así como fotografías ocasionales de la sala del tribunal, junto a reportes de medios de comunicación alabando la transparencia del juicio.

La sesión llamó la atención del público chino y los observadores internacionales,  que vieron cómo se revelaba un mundo de intrigas, corrupción y adulterio, con testimonios grabados de Gu, una aparición de Wang, una enérgica defensa de Bo, en la que llamó "loca" a su esposa y a Wang un vil mentiroso.

Los fiscales señalaron en su declaración de cierre que Bo (64) había renunciado a una opción de indulgencia con su defensa en el tribunal  por su insistencia de inocencia. Los comentarios sirvieron como un indicio de que la posibilidad de una sentencia menor a 20 años en prisión, lo que se esperaba anteriormente por algunos observadores legales, es poco probable. "Se rehúsa a confesar, debe ser castigado con severidad" señaló la fiscalía.