Francia va a poner en marcha de aquí al verano un dispositivo de certificados, asociados a colores, para diferenciar los vehículos y dar ventajas a los que contaminan poco.

Los que obtengan el "certificado de calidad verde" podrán entrar en las cada vez más frecuentes áreas urbanas de acceso restringido, en los carriles de autobús y también los días que, por peaks de contaminación se active la circulación alternativa, explicó la ministra de Ecología, Ségolène Royal.

La ministra resaltó que "un 60% de la población francesa respira un aire de mala calidad", y dio su apoyo al Ayuntamiento de París, que desde el próximo verano va a prohibir la entrada en la ciudad de camiones y autobuses de más de 13 años por su alto nivel de emisión de partículas finas.

La ministra añadió que el sistema de certificados se ampliará progresivamente a todo el parque de vehículos, de forma que los más contaminantes sufrirán también más restricciones.

El Gobierno va a incitar a los automovilistas a deshacerse de los vehículos diesel sin filtro de más de 13 años con subsidios para la compra de otros poco contaminantes, que llegarán a ser de 10.000 euros para un coche eléctrico (a partir de abril) y de 6.500 para un híbrido recargable.

En paralelo, su objetivo es desplegar siete millones de puntos de recarga, que pasarán a ser obligatorios en los estacionamientos públicos, en las estaciones, aeropuertos o centros comerciales.