Dudas que necesitan ser despejadas, es lo que plantea el economista y ex decano de la facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la U. Católica, Francisco Rosende, respecto a las propuestas de la nueva presidenta electa, Michelle Bachelet, sobre todo en materia tributaria y de educación. En ese sentido, apunta que no es aconsejable un aumento de impuestos desde el punto de vista del dinamismo de la economía, y sostiene que la educación gratuita universitaria para todos "no es lo correcto".
¿Cuál es el escenario económico que enfrentará la nueva administración de Michelle Bachelet a partir de marzo?
-El escenario económico con el que se puede suponer iba a trabajar cualquier administración que empezara en 2014, es con uno con precios de commodities algo más bajo, una mantención de condiciones bastante flexibles en materia de financiamiento externo, ya que si bien se anticipa un gradual retiro de los estímulos monetarios en EEUU, parece improbable que al menos el próximo año y tal vez el siguiente eso pudiera ocasionar un cambio drástico en las condiciones monetarias globales, y un desafío interno relevante en el plano energético que aparece como una restricción importante a enfrentar. Todo eso genera una tendencia a un crecimiento algo más lento, un desafío en el ámbito de aplicar políticas de oferta conducentes a aumentar la productividad, y relajar la restricción energética como una tarea que hubiera afectado a cualquier gobierno que asumiera en marzo próximo.
En ese sentido, ¿qué rol debiera tener la política fiscal en 2014: más contracíclico o austero?
-Hoy tenemos un aparato fiscal que se orienta sobre la base de una regla que es bastante útil como elemento ordenador, y por ende yo soy partidario de mantener la regla, lo que supone que debiéramos tener un crecimiento del gasto que se va alineando con lo que se estima son las condiciones de largo plazo de la economía. Y eso supone que no se apliquen más estímulos fiscales cuando en realidad lo que está ocurriendo es una situación en términos de parámetros que no están modificando las condiciones de largo plazo.
Entonces, a su juicio, ¿sería importante que se avance hacia un balance estructural...?
-Creo que es importante ir caminando en esa dirección. Esa es la idea de la regla y, en ese aspecto, mantenerse vinculado con ella creo es algo muy importante.
¿Es complicado lograr esa meta considerando las fuertes demandas sociales y las propuestas de la nueva administración?
-Creo que ahí hay elementos de duda, porque si bien es cierto que hay información respecto de lo que propone la nueva administración en materia de políticas tributarias, entendemos también que hay una serie de compromisos de gastos que están planteados. No tenemos mucha claridad en cuanto a lo que será la forma específica en que eso se implemente, ni tampoco respecto al timing. De hecho, lo que se ha señalado es que se espera ir avanzando en la reforma tributaria y materializar programas de gasto en los 4 años, pero no es claro qué significa eso en el corto plazo.
Desde el Ejecutivo han planteado que este tipo de reformas complican la inversión y el crecimiento… ¿Cuál es su visión?
-En primer lugar desde el punto de vista del dinamismo de la economía, creo que normalmente no es aconsejable aplicar shocks tributarios. Aquí estamos planteando una reforma tributaria que es importante y no es razonable decir que eso no tendrá ningún efecto. Obviamente alguien podría argumentar, y tal vez con razón, que el aspecto clave para completar la respuesta es analizar en qué se van a gastar esos recursos y qué efectos tendrá sobre la economía. Pero no conocemos el detalle y lo que vemos es la expectativa de que habrán ajustes importantes en el ámbito de las finanzas públicas. Al mercado le falta información respecto a qué significan esos ajustes.
¿Está de acuerdo con la eventual eliminación del FUT?
-Creo que el FUT y el sistema tributario en Chile que apunta al impuesto al gasto como eje central y que pretende incentivar el ahorro en las empresas, han funcionado bien. Y creo que lo que debió plantearse son mejoras en los ámbitos que quizás no están funcionando muy bien, más que proponer un cambio radical del mismo. Creo que cambiarlo por un esquema de depreciación acelerada traerá una serie de efectos, de partida con respecto al tipo de empresas que van a verse más beneficiadas y perjudicadas con el cambio, que no son menores.
Viniendo de una casa de estudios como decano de economía de la UC ¿Le genera dudas la propuesta de educación gratuita universal?
-Sí, me genera dudas. Porque aquí lo que hay es una agenda que hay que pulirla bastante si el objetivo es promover una sociedad con mayor igualdad de oportunidades. Si ese es el objetivo, respecto al cual estamos todos de acuerdo, me parece que lo primero es promover una buena educación preescolar, después buena educación escolar, facilitar las condiciones de ingreso a la universidad para la gente de bajos recursos. Pero partir planteando una educación universitaria amplia y gratuita me parece que no es la manera correcta de plantearlo, y probablemente tampoco sea la manera en que lo están pensando los técnicos del gobierno electo, pero lo que sea es bueno saberlo y discutirlo en esos términos.
Aparte del tema energético, ¿qué otra medida estructural considera urgente para el gobierno de Bachelet?
-Creo que en el escenario actual mi primera fuente de inquietud es que en el camino en que se vayan dilucidando los nombres del gabinete y se vaya conformando el gobierno, se hagan las precisiones en términos de cuál es efectivamente la agenda económica y que cada uno sepa más menos cuál es el rango en que el país se va a mover en materia de política económica por los próximos 4 años. Porque ahí hay dudas importantes. De hecho vemos supuestas opiniones vinculadas a la presidenta electa, donde de alguna forma habría manifestado su insatisfacción por el hecho de que buena parte de la agenda que pudo haber aplicado en su administración anterior, estuvo restringida por lo que fue la labor del ministro de Hacienda, en su momento Andrés Velasco. No sabemos si eso es así o no, pero el mercado se está haciendo preguntas, de qué podemos esperar, si será muy distinto de lo que había antes y eso me parece que es un punto bastante clave en este momento.
¿Concuerda con el rango de crecimiento previsto por el BC para 2014, que se alejan del 4,9% de Hacienda?
-Creo que lo que hizo el BC fue ir actualizando las informaciones en materia de actividad económica interna y externa y en ese sentido refleja una realidad con menor dinamismo que es coherente con las tendencias que vemos hoy.