En 2014, Giorgio Jackson (RD) debutaba en la Cámara como uno de los cuatro diputados de la llamada "bancada estudiantil", los protagonistas de las movilizaciones del primer gobierno de Piñera y que representaban el inicio del recambio político. Cuatro años después, varias cosas han cambiado en la vida del ex dirigente estudiantil: lo acompañan 20 parlamentarios del Frente Amplio, el proyecto político que nació hace un año y que en la última elección sumó 1,3 millones de votos. En esta entrevista, Jackson plantea los desafíos de su sector, pero también del rol que tendrá el bloque en la oposición.
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El Frente Amplio llegó con sus 21 parlamentarios al Congreso, ¿lo ven como un paso histórico?
-Sí, es un paso súper importante que plantea grandes desafíos. Durante más de 20 años, en las instituciones como el Congreso quedaron excluidas algunas visiones que no correspondían a los bloques tradicionales, y si bien en el último período Vlado, Gabriel y yo tuvimos la posibilidad de intentar representar eso, ahora se consolidó ese proyecto, con una bancada que antes estaba subrepresentada y ahora está mejor representada. Aspiramos a articular nuestro discurso de manera unitaria y de resolver nuestros conflictos. Habrá algunas diferencias, pero queremos tratar de anticiparlas con diálogo interno y de cara a la ciudadanía, y no queremos perder el vínculo con las organizaciones sociales, que es el motor de nuestra acción. Esos son los principales desafíos.
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¿Cómo se diferenciarán del resto de la oposición?
-Puede haber varias diferencias, ojalá logremos coincidir en votaciones que son para el bien del país, o en oposición a proyectos de Piñera si es que creemos que pueden ser malos para la población. Pero creo que mostrar consecuencia entre lo que votamos en los cuatro años anteriores y lo que votaremos en el período que viene será un factor que caracterizará al FA. Y por otro lado, queremos aumentar nuestra participación en organizaciones sociales que están levantando demandas que el mundo político no abordó o escondió.
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Bachelet hizo muchas transformaciones, como el fin al binominal, el aborto y la gratuidad, ¿cree que es un buen legado?
-Sin duda hay cosas buenas del gobierno que pasó, como quitar el cerrojo del sistema binominal para que la diversidad de voces que hay en Chile pueda representarse también en sus instituciones, que es algo a lo que nosotros también contribuimos. Ahí había una iniciativa del Ejecutivo que requería mayorías que nosotros siempre quisimos contribuir. En educación hay de dulce y agraz, porque había expectativas tan altas que en ningún caso se cumplieron todas. Hay proyectos que significarán un avance cuando los miremos en retrospectiva, aunque el último año y medio estuvo marcado más bien por frustraciones en educación. Y el aborto en tres causales fue algo sumamente importante.
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¿Cree que el cambio que hizo Bachelet en el sistema electoral le permitió al FA avanzar?
-Más que avanzar nosotros, le permitió a Chile tener una mejor representación. No estamos ni cerca de tener una representación perfecta de los intereses de la ciudadanía, pero romper con el mecanismo de exclusión y empate por supuesto que hace al sistema más representativo. Por eso trabajamos para que esa ley fuera aprobada, acompañada de otras leyes, como la de partidos políticos.
Su liderazgo y el de Boric surgieron de las protestas estudiantiles del primer gobierno de Piñera, ¿ve en este segundo gobierno una oportunidad para que el FA siga creciendo?
-Me involucré en la política gracias a los movimientos estudiantiles y no dejamos de estar en contra ni del gobierno de Piñera ni de los proyectos de ley de Bachelet. Es parte de nuestra esencia hacer activismo contra las cosas que le pueden hacer mal a la población. Si el Presidente Piñera presenta un proyecto educacional que es un retroceso o le hace mal al país, intentaremos explicarlo de la mejor manera, pero seremos muy firmes. Ahora, si por una movilización o cualquier razón el Ejecutivo presentara un proyecto que sea bueno para la población, como incorporar programación y pensamiento computacional en las escuelas desde temprana edad, que es algo que está en el programa de Piñera, por supuesto que lo vamos a apoyar. Seremos una oposición firme, pero no obtusa.
¿Cuáles son los aspectos más conservadores o neoliberales que ve en el país y que a su juicio es necesario cambiar?
-Todo parte por la Constitución, que no permite tener un debate democrático sobre el país que queremos, porque tiene amarrado un sentido de ver la vida y las relaciones interpersonales que es sumamente ideológico, marcado por el fraude constitucional de 1981. Quienes están de acuerdo con esa estructura ideológica, la van a mantener. Dicho eso, las otras cosas urgentes para nosotros son las pensiones para los adultos mayores, porque un sistema individual sin solidaridad ni reparto no tiene ninguna posibilidad de mejorar las pensiones. Si sólo se aumenta el monto de la cotización, pero de forma individual, eso no mejorará las actuales pensiones, porque los adultos mayores ya pasaron su edad activa. Por eso, vamos a empujar que haya solidaridad intergeneracional.
¿Cuáles serán los ejes legislativos inmediatos del FA?
-Hay algunos temas avanzados. Tendremos una agenda intensa en infancia, porque es urgente garantizarle a la primera infancia una protección y el derecho a la educación y a una vida digna sin exclusión. Queremos saber lo que propondrá el Gobierno. Pero también está la agenda de probidad, presentamos hace cuatro años un proyecto para rebajar la dieta parlamentaria, que se vuelve más necesario ahora con el aumento de parlamentarios o terminaremos por debilitar el buen trabajo parlamentario. Por mantenerles un sueldo alto, paradójicamente estamos cortando recursos para asesores o para informar lo que hacemos en los distritos. La austeridad en política es importante.
¿Cómo será la relación con la ex Nueva Mayoría? ¿Es posible hacer una alianza con alguno de esos partidos?
-Estamos lejos de hablar de alianzas políticas o programáticas con la ex NM. Si es que eso se forja, se verá en el trabajo comisión a comisión, parlamentario a parlamentario. Esperamos que a partir de las ideas, y no de la sumatoria de siglas, pudiera haber conversaciones interesantes hacia adelante.
Pero en el Senado, Juan Ignacio Latorre (RD) se integró al comité del PS, se sentará junto a Álvaro Elizalde... parece haber un acercamiento a ese partido.
-Tenemos sólo un senador y por un tema administrativo no le quedaba otra que integrarse a un comité. Con el PS se llegó a un acuerdo y por supuesto que debe tejer relaciones con todos los sectores si quiere que sus ideas permeen.
¿Qué meta le pondría al FA hacia el año 2021?
-Seguir vinculado a las organizaciones que nos permitieron estar acá, porque estos resultados pueden ser efímeros, puede terminar la efervescencia y para evitar eso tenemos que estar mucho en terreno articulando una red más grande. También hay que mantenerse cohesionados. Además, hay que hacerle sentido a nuestra audiencia, a la gente que votó por nosotros o que nos tiene simpatía. Y lo otro es disputar otros espacios institucionales, como las municipalidades, reconociendo los liderazgos locales que pueden hacer gobiernos de cambio.
Algunos sectores del FA creen que en las municipales hay que hacer pactos de omisión con la ex NM, ¿cómo lo ve?
-Durante estos dos años, vamos a empujar la idea de tener segundas vueltas en los municipios. Hoy se puede dar la paradoja de que un alcalde salga con 20% o 25% de votación y eso no es sano para el sistema democrático. Empujar una segunda vuelta electoral creo que puede ser interesante, porque ahí la ciudadanía es la que elegirá.
¿Cree que el FA debe zanjar temas que lo dividen hoy, como la política exterior y la situación de Venezuela?
-Sí o sí debemos establecer canales de comunicación para que haya entendimiento entre las distintas posturas. Pero nuestro programa está enfocado en la política doméstica. En lo internacional, hay declaraciones de principios, pero no nos hemos metido a juzgar lo que hacen otros gobiernos. Si uno mira el 100% de las cosas que tiene nuestro programa, probablemente tenemos diferencias en el 5%, pero nos queremos centrar en el otro 95% en que tenemos coincidencias.
¿El FA debe incorporar nuevas organizaciones políticas?
-Debe enriquecerse y ser de puertas abiertas, pero teniendo claro en qué cosas nos estamos comprometiendo y cómo lo vamos a hacer.
¿Y qué meta le pondría a RD para los próximos tres años?
-Ser partido político en todo Chile, hoy estamos legalizados en 12 de las 15 regiones, y ser capaces de agarrar raíces, territoriales e institucionales, no sólo en el Parlamento, sino que también en un centro de estudios o una fundación con acción territorial, o explorando cómo nos vamos a enfrentar a los medios de comunicación. Si echamos raíces en materia cultural y no sólo institucional, me daría por satisfecho al 2021.
¿Cómo avanza la fundación que quiere crear RD?
-No lo sé, hay gente trabajando eso, pero espero que tanto RD como el FA tengan espacios de reflexión y confrontación de ideas que no estén tan inmersos a la contingencia política, para tener una conversación mucho menos prejuiciada, y las fundaciones son un buen espacio para eso.