Haruhiko Kuroda, gobernador del Banco de Japón, está apoyando un plan políticamente polémico para elevar la tasa de impuesto nacional a las ventas, una medida que busca reducir el déficit presupuestario pero una que podría poner en peligro la naciente recuperación económica de Japón.

Kuroda dijo ayer que creía que la economía no sufriría un revés significativo si el impuesto se duplicaba a 10% como estaba planificado, en dos etapas que comienzan en abril.

Su apoyo es un impulso para los partidarios de la austeridad fiscal, quienes quieren que el primer ministro, Shinzo Abe, permita el incremento sin cambios, un resultado que se ve menos seguro en los últimos días.

Abe dijo el fin de semana  que el panorama fiscal de mediano plazo que su gobierno publicará el próximo mes no "presumiría" un impuesto mayor al consumo. El periódico Nikkei, mientras, reportó que el premier estaba considerando varias opciones, incluyendo extender el período para la implementación o reducir los incrementos.

Kuroda estuvo la mayor parte de su carrera en el ministerio de Finanzas japonés, donde el apoyo para los mayores impuestos era fuerte. Aún así, su visión será difícil de ignorar debido a que ha forjado su reputación sobre una promesa para poner fin a la deflación y ha llevado al BoJ a entregar gran parte de este estímulo detrás de la campaña de crecimiento del primer ministro, conocida como "Abenomics".

"El crecimiento de la economía japonesa no se vería muy perjudicado por un incremento de dos etapas en los impuestos", dijo Kuroda a reporteros.

La decisión sobre los impuestos es uno de los asuntos más complejos que enfrenta la administración Kuroda. Una decisión final sobre el primer paso -un incremento desde 5% a 8%- debe hacerse antes de octubre.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.