El ministro brasileño a cargo de Asuntos Políticos, Carlos Marun, dijo el lunes que la aprobación de un proyecto de ley para reformar el sistema de seguridad social del país se estancó en el Congreso y se convertirá en tema de campaña de las elecciones de este año.
Marun habló con la prensa después de que el presidente del Senado, Eunício Oliveira, dijo que, según la carta magna del país, la intervención militar del Gobierno federal en Río de Janeiro bloquea una votación de la reforma de las pensiones o de cualquier otra medida que requiera una enmienda constitucional.
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Pero Marun reconoció lo que los críticos del presidente Michel Temer creen que es la verdadera razón para retrasar la votación: el proyecto de ley impopular nunca ganó suficiente apoyo y el Gobierno se enfrentaba a una derrota segura.
"No tenemos los votos. No podría garantizar que tuviéramos los votos para fines de febrero", explicó. Ese era el plazo límite del Gobierno para aprobar el proyecto de ley, antes de que los legisladores se aboquen a asegurarse sus escaños en las elecciones generales de octubre.
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La reforma previsional es fundamental dentro de los esfuerzos de Temer por controlar el déficit presupuestario. Los generosos beneficios de pensiones y la jubilación anticipada han convertido a la seguridad social en la principal causa de un déficit que le cuesta a Brasil su grado de inversión.
Marun, el ministro del gabinete encargado de movilizar el apoyo de la coalición en el Congreso, dijo que la reforma de las pensiones se convertirá en un tema clave en la campaña electoral si el Congreso no lo resuelve.
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La legislación para simplificar la seguridad social, que requería enmendar la Constitución, se encaminaba a una primera votación en la Cámara baja esta semana.
Pero el viernes el Gobierno ordenó al Ejército tomar el mando de las fuerzas policiales en el estado de Río de Janeiro en un intento por frenar la violencia impulsada por las bandas de narcotraficantes, una intervención que bloquea cualquier cambio constitucional durante su duración.
Temer decretó la intervención de Río de Janeiro hasta el 31 de diciembre, su último día en el cargo.