El caso de Thirza Oñate, trabajadora que en marzo debió atender con su hija en brazos en una heladería en Puerto Montt, puso en la agenda el debate sobre la modificación del artículo 203 del Código del Trabajo, que regula el beneficio de sala cuna para las madres trabajadoras, y llevó al gobierno a anunciar el envío este año de un proyecto de ley para universalizar el beneficio.
La norma actual, que a nivel técnico es calificada como un impuesto al trabajo, obliga a las empresas que tengan sobre 19 trabajadoras de cualquier edad o estado civil, a tener salas anexas e independientes del local de trabajo, donde las mujeres puedan dar alimento a sus hijos menores de dos años, y dejarlos mientras cumplen su jornada. Alternativamente, se permite la entrega de un bono para costear el cuidado.
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Desde el compromiso de la presentación de la iniciativa, los equipos del Ministerio del Trabajo, en coordinación con la cartera de la Mujer y Equidad de Género, han empezado a dar forma a la propuesta que tendrá que ser visada por el Presidente Sebastián Piñera.
Fuentes al tanto de ese proceso revelan que una de las fórmulas que ha tomado más fuerza para financiar la ampliación del beneficio es la reasignación de parte de la cotización del seguro de cesantía a sala cuna. Con esos recursos se crearía un seguro que se financiaría con un fondo solidario, cuyos beneficiarios serán padres y madres trabajadoras de todas las empresas.
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Dicho mecanismo sería idéntico al que se planteó en el proyecto de ley -también de sala cuna universal- que envió la primera administración de Piñera al Parlamento en agosto de 2013. Esa iniciativa contemplaba el traspaso de una parte del aporte que hace el empleador a la cuenta individual del seguro de desempleo del trabajador. El 1% de éste sería derivado a un nuevo Fondo de Sala Cuna, con un tope imponible de UF 100, que sería manejado por una administradora privada, previamente licitada, y que tendría que constituirse como ente legal con giro único.
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Las mismas fuentes indican que también se están evaluando otras alternativas para allegar fondos al seguro de sala cuna, aunque reconocen que debido al complejo escenario de estrechez fiscal la idea que corre con ventaja es la reasignación de platas del seguro de cesantía.
Los equipos técnicos también han estimado que el costo anual para ampliar la cobertura a 100 mil niños es de US$358,2 millones.
En cuanto a la técnica legislativa, todo indica que en el segundo semestre de este año el Ejecutivo ingresaría una indicación al proyecto enviado en 2013, con lo que se reactivaría su discusión que estuvo congelada durante el gobierno de Michelle Bachelet. Dicha iniciativa fue aprobada en general a inicios de 2014 por la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.
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Otras de las propuestas que se han estudiado apuntan a implementar gradualmente el aumento de la cobertura y permitir -en caso que no exista la oferta adecuada de sala cuna- que la red apoyo familiar o vecinal se haga cargo del cuidado del menor, a cambio del pago de una bonificación.
Hace unos días en la Comisión del Trabajo del Senado el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, emplazó: "Acá sí que necesitamos un acuerdo, necesitamos hacerlo juntos porque el costo es altísimo".
Mirada técnica
Desde Comunidad Mujer calificaron como una buena noticia que el tema esté dentro de las prioridades de la autoridad, sin embargo, plantearon disconformidad con el esquema de financiamiento. "Nos parece que no debieran mezclarse los asuntos. El Fondo de Cesantía cubre esas contingencias y los recursos para las salas cuna debieran resultar de la toma de conciencia de la corresponsabilidad social frente a la crianza", sostuvo la entidad.
Cecilia Cifuentes, economista e investigadora del ESE de la Universidad de Los Andes, también se mostró contraria al financiamiento con el seguro de desempleo y propuso ampliar el beneficio con cargo a recursos fiscales. "Lo más razonable es que este tema lo miremos como sociedad de la misma forma como miramos la educación, en el sentido de que el Estado subsidia a los sectores de bajos ingresos, pero no a los de altos ingresos", dice, agregando que "lo más eficiente es tener un bono, donde los trabajadores de bajos ingresos tengan gratuidad absoluta, en los de clase media haya una participación de los padres y el Estado, y no me parece que para los trabajadores de altos ingresos el Estado les subsidie la sala cuna".