El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a los supermercados bajar los precios en un intento por entregar soluciones a la hiperinflación que afecta al país.

Desde la madrugada de este sábado, nutridas colas -custodiadas por militares con armas largas- se formaron ante supermercados caraqueños tras fiscalizaciones de la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundee) a más de 200 establecimientos.

El jefe de la Sundee, Willian Contreras, informó a la prensa que 214 supermercados de 26 cadenas fueron inspeccionados en Caracas y que unos 350 locales independientes serán fiscalizados en los próximos días en la capital y otras ciudades.

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Un control de precios de alimentos básicos y un férreo control de cambios, con el cual el gobierno monopoliza el acceso a divisas para importar productos y materias primas, rigen en el país.

Las fiscalizaciones llegan tras múltiples protestas por falta de comida y servicios básicos, como agua y electricidad, en el cierre de 2017.

Empresarios señalan los controles como causas de la crisis socioeconómica, con una inflación proyectada en más de 2.300% para 2018 por el FMI, la más alta del mundo, y desabastecimiento de alimentos y medicinas. Según la patronal Fedecámaras, la industria funciona a solo 30% de su capacidad.

Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro y altos funcionarios culpan a "una guerra económica" del empresariado que busca generar descontento popular.