Goldman Sachs anunció el viernes una reducción de US$5.000 millones en sus previsiones de beneficios para el cuarto trimestre debido a la reforma fiscal aprobada la semana pasada en Estados Unidos.
Dos tercios de esos US$5.000 millones se deben a cambios en los impuestos de repatriación, según el banco neoyorquino, que se pagan al traer fondos ahora depositados en el extranjero. El resto incluye "los efectos de la aplicación del sistema fiscal territorial y la nueva estimación de impuestos diferidos a tasas corporativas más bajas".
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Las empresas estadounidenses han encontrado formas legales de mantener dinero en el extranjero para evitar los impuestos corporativos más altos en Estados Unidos. Se espera que los cambios en la ley insten a esas empresas a repatriar unos US$2,5 billones o más a Estados Unidos.
Sin embargo, los economistas creen que el descenso de los impuestos a las empresas en Estados Unidos compensará el efecto económico total.
En el pasado, la repatriación de beneficios no ha tenido un efecto considerable en la economía estadounidense.
Una ley de 2004 bajó de forma temporal los impuestos sobre beneficios repatriados al 5,25% desde el 35% anterior.
Eso hizo que 843 empresas llevaran al país US$312.000 millones. Pero esas empresas tendían a utilizar el dinero para recomprar acciones de su compañía, no a contratar o a expandir sus operaciones.
Goldman Sachs anunció los efectos previstos de la reforma en un documento presentado el viernes por la mañana a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
La compañía no dijo cómo afectarían los cambios en la legislación fiscal a sus decisiones futuras sobre inversiones.