Los políticos griegos no lograron finalizar nuevamente un rescate revisado que les daría dos años adicionales para cumplir con estrictos objetivos de déficit, después de que un insistente líder de una pequeña coalición de partidos continuara resistiéndose a reformas laborales de gran alcance.
Fortis Kouvelis, jefe de la Izquierda Democrática, le dijo al comité ejecutivo de su partido el viernes que eran necesarios cambios en las medidas laborales para que el paquete fuese aceptable, de acuerdo a una persona presente en la reunión.
La confrontación pone al primer ministro, Antonis Samaras, en una posición difícil ya que su ministro de Finanzas rechazó cualquier cambio antes de que las reformas sean presentadas en el parlamento heleno. Un rechazo de la Izquierda Democrática pondría al programa en riesgo, ya que el Pasok de centro izquierda, el segundo partido más grande en la coalición, enfrentaría deserciones en sus filas sin el respaldo de Kouvelis.
“Esperemos que todo esté bien al final”, contó una autoridad del gobierno.
Pese a los retrasos en Atenas, funcionarios del FMI y de la eurozona se reunieron en Bruselas para comenzar las negociaciones sobre cómo pagar el programa revisado. Las autoridades están esperando cerrar un trato antes de la reunión del 13 de noviembre de los ministros de Finanzas de la eurozona.
Debido a los dos años adicionales, así como a una recesión griega más profunda de lo esperado y a los fracasos de llegar a alcanzar ambiciosas metas de privatizaciones, los prestamistas internacionales deben encontrar unos €18.000 millones en financiamiento adicional, por sobre los €174.000 millones ya incluidos en el segundo rescate a Grecia.
Los líderes de la eurozona, conducidos por Alemania, se han resistido a verter dinero adicional en el programa, lo que significa que las negociaciones en Bruselas se han enfocado en revisar los pagos de deuda griega para cerrar la brecha financiera.
El FMI urgió a los bancos de la eurozona a aceptar pérdidas de sus préstamos de rescate a Grecia, argumentando que sin una reestructuración de la deuda oficial, Atenas será incapaz de volver a niveles sostenibles.
De los €325.000 millones que Grecia debe aproximadamente, cerca de €125.000 millones está en préstamos de rescate. Pero autoridades de la eurozona han descartado “recortes” de sus préstamos oficicales, reduciendo aún más las opciones.
Durante las últimas semanas, algunas autoridades abogaron por un programa de recompras de deudas, que haría que Gercia compre bonos vigentes a precios actualmente reducidos, sacándolos de los balances soberanos. Pero la idea no ha logrado adherentes, ya que los análisis internacionales mostraron que tal plan no lograría una reducción significativa en la meta de €18.000 millones.
“Personalmente, no creo que las recompras de deuda vayan a rendir mucho”, aseguró una autoridad. “A lo más, se comerá una gran parte”, agregó.
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