El surgimiento del quinto banco privado más grande del país implicará un rebaraje de la participación de mercado en varios segmentos a nivel industria, la consolidación de la posición de Scotiabank en el país, y para el Grupo Said una apuesta millonaria de cara a incrementar su presencia por el sector bancario.

Los US$3.200 millones en que se valorizó BBVA Chile luego de que Scotiabank pagara a la matriz en España US$2.200 millones por el 68,38% de la propiedad, implicó que el 31,62% en manos del Grupo Said se valorizara en cerca de US$1.000 millones. Sin embargo, al fusionarse dicha participación se reduciría a cerca de la mitad.

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Por ello, es que poco antes de que se oficializara el acuerdo (el 5 de diciembre), Salvador Said se reunió con algunos de los mayores bancos del país para buscar el financiamiento que le permita incrementar la participación.

Son cerca de US$500 millones que la familia deberá desembolsar para alcanzar una participación de 25% en la propiedad de BBVA-Scotiabank, recursos que en un 50% serán aportados por ellos pues cuentan con liquidez correspondiente a la venta de Cruz Blanca. Sin embargo, el remanente, es decir otros US$250 millones, deberán obtenerlos vía deuda.

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Durante las últimas semanas el grupo ha recibido propuestas de Banco de Chile, BCI e Itaú, entidades que por separado han ofrecido financiar los cerca de US$250 millones que requerirán. Fuentes al tanto del proceso, indican que los recursos deberán ser entregados entre julio y agosto, por lo que aún no hay nada cerrado y podrían aparecer otras entidades financieras en carrera.

Hasta ahora ninguna de las tres entidades está pensando en sindicar el crédito, y cada una está compitiendo por tasa, aunque eventualmente, reconoce una fuente, se podrían vender uno o dos ticket una vez cerrado el acuerdo.

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Con todo, el financiamiento tendría ciertas complejidades. Por una parte, en todo proceso de fusión existe la posibilidad de no obtener dividendos en los primeros años producto de los costos de la integración, por lo que a pesar de haber negociado una distribución de 40%, existe la posibilidad de que los Said no reciban recursos provenientes del banco por un tiempo. Por ello, las propuestas implicarían un crédito entre 8 y 10 años, y posiblemente con alguna flexibilidad de pagos inicial justamente previendo esta situación. Aunque las entidades que han revisado sus balances coinciden en que los dividendos provenientes de Andina serían suficientes para pagar los intereses.

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Con todo, se establece un paquete de acciones como garantía con los correspondientes excesos en caso de eventuales cambios de valor. Esto, porque en general los préstamos son respaldados con papeles en proporciones de, por ejemplo, dos veces el valor del financiamiento.

El banco fusionado

Con cerca de un 14% de participación de mercado quedaría Scotiabank una vez que se fusione con BBVA. Esta sería la cuarta adquisición del banco de capitales canadienses, tras Banco de Desarrollo, Royal Bank of Scotland Chile y el negocio financiero de Cencosud.

Pero, a diferencias de las adquisiciones bancarias, esta vez el banco de capitales canadienses deberá compartir en el directorio con socios locales, tal como ocurre en la sociedad de apoyo al giro de la que cuelga la tarjeta Cencosud.

El Grupo Said mantendrá cuatro de los 11 directores que conformarán la mesa, en la que además José Said será presidente, tal como hoy ocurre en BBVA Chile.

Respecto de los plazos, el mismo 5 de diciembre el CEO de Scotiabank Chile, Francisco Sardón, señaló que en abril podrían tener los permisos de los reguladores, y considerando que luego el holding tiene 30 días para lanzar la OPA por el 100% de los papeles de BBVA, la transacción se concretaría en mayo, dando paso a un período para realizar los pagos respectivos. Es decir, el cierre de la operación se realizaría en junio.