Alejandro Guillier aún no termina de vivir los efectos que dejó su fallida candidatura presidencial. Ayer, apenas tres días después de la derrota ante Sebastián Piñera, al senador aún le costaba avanzar por los pasillos del Congreso debido a la cantidad de gente -más funcionarios que parlamentarios- que se acercaban a saludarlo. "Seguimos adelante", repetía.

El lunes, en una solitaria conferencia de prensa, asumió la responsabilidad del fracaso electoral, afirmando que debió tener "un mejor liderazgo y más firme". Si bien aún no realiza un balance detallado del sorpresivo escenario que enfrentó el domingo, sí dice que en los cuatro años que le quedan de senador por Antofagasta impulsará algunas de las medidas que incorporó en su programa de gobierno y que marcaron sus discursos de campaña.

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"Voy a trabajar en fortalecer la descentralización, tenemos que ir por la ley de rentas regionales, modernizar los municipios y fortalecer la ley de consejos de la sociedad civil", dijo el ex candidato a PULSO, y agrega que pese a no lograr ser Presidente, impulsará las medidas que levantó.

Además, Guillier pretende articular las redes que formó durante los viajes de campaña que realizó por todo el país, pues a su juicio "hay una enorme experiencia acumulada de mucha gente, de asesorías, grupos por afinidad. Hay una capacidad crítica ahí, y esas personas no van a estar en el Estado, entonces debemos tener la capacidad de integrarlas".

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Lecciones de la derrota

La amplia ventaja que obtuvo el abanderado de Chile Vamos era algo que el candidato oficialista no se esperaba. De ese proceso dice que saca dos lecciones: "No leímos bien lo que estaba pasando con la gente, en un país que nosotros mismos ayudamos a cambiar para bien, pero que cambió más rápido de lo que el mundo político percibió. La derecha eso lo pulseó mejor".

"Y segundo, es que hay que entender que la política es con la gente y no te puedes alejar. Cuando se está muchos años en el gobierno, se descuida la formación y la renovación de los partidos. La gracia de la política es que cuando estás en la oposición, te renuevas, formas cuadros, te preparas para gobernar, para actualizar tu programa. Después eres gobierno, pasa un ciclo y otra vez te mandan a la oposición, y vuelves a formar cuadros. Tantos años gobernando fue desgastando la interna de los partidos. No puedes ser siempre gobierno", asegura el periodista.

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Por eso, afirma, ahora viene la hora de los partidos. "Es el minuto para que se fortalezcan, se renueven, formen nuevos equipos, se tecnifiquen y mejoren la calidad de la política desde la oposición, que es un desafío igualmente apasionante". Y para volver a los barrios y juntas de vecinos, pues "ahí está el Chile real y no sólo las elites, porque la gente nos reprochó ese aislamiento de la política respecto al ciudadano común, que yo lo percibía en el terreno".

¿Será Guillier el líder de la renovación de la centroizquierda? "Es muy pretencioso y si lo planteara así, otros se pondrán celosos. Quiero trabajar en renovar la política, en mejorarla, aprovechar esa enorme cantidad de jóvenes que ingresó en los partidos", explica.

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¿El fin de la Nueva Mayoría?

En enero, los partidos discutirán si continúan o no con el bloque. Algunos sectores plantean que no es necesario tener un conglomerado, lo que Guillier comparte. "La coalición misma no tiene mucho sentido, porque la coalición Nueva Mayoría era para gobernar, y ahora no seremos gobierno, seremos oposición. Ahí basta una coordinación, los partidos recuperarán espacio para marcar su identidad, renovarse, hacer el trabajo interno", dice.

Además, explica que "cada partido tiene que hacer su proceso, algunos están más golpeados que otros, los socialistas están relativamente enteros y los comunistas igual, pero los PPD y los DC están afectados, y no sabemos cómo les afectará esto. Mientras menos injerencia externa, mejor".