La humillante salida de Brasil del Mundial de Fútbol podría resultar beneficiosa para deportes que han languidecido a la sombra del fútbol.
Los entusiastas que esperaban un sexto título presenciaron, en cambio, la peor derrota de un país anfitrión de la historia cuando Alemania -que se coronaría campeón- venció a Brasil 7 a 1 en las semifinales.
El rugby está incluido en las Olimpíadas de Río de Janeiro de 2016 por primera vez desde 1924, y el deporte se encamina a capturar parte de la popularidad del fútbol, según Agustín Danza, máximo responsable ejecutivo de la unión de rugby de Brasil.
"Tener todos los huevos en la misma canasta puede llevar a desastres como el 7 a 1", dijo Danza en una entrevista realizada en un hotel de Río que domina la sede de un evento de rugby en la playa. "Sin duda eso ayuda en los negocios y en lo que respecta a conquistar la atención del público".
El rugby es todo lo que el fútbol no es. Los ingresos anuales de la organización que rige el deporte fueron el año pasado de 16,5 millones de reales (US$6,1 millones), la mitad de los cuales procede de subsidios públicos, mientras que el fútbol tuvo 436,5 millones de reales de ventas en 2013. El fútbol representa alrededor de las dos terceras partes del total de deportes televisados en Brasil, según un estudio de Deloitte de 2011.
Unos 13 partidos de rugby se televisan en vivo por año, menos que los de un fin de semana de fútbol, deporte en el cual cada partido de las dos divisiones principales puede verse por televisión.