Actualmente, el 87% de la población del país está expuesta a áreas con concentración promedio anual de material particulado 2,5 superior a la norma. Incluso, hay estudios que señalan que la contaminación atmosférica es responsable de al menos 4.200 muertes prematuras a nivel nacional cada año. Por ello se han introducido planes de descontaminación para Talca, Chillán, Temuco y Coyhaique y obviamente en la Región Metropolitana.
Además de la restricción vehicular para parte de los 7,1 millones de habitantes de Santiago y sus alrededores, cuando hay episodios críticos de contaminación, como las pre emergencias o incluso emergencias, hay una serie de equipos industriales que tampoco pueden operar. De hecho, la Sofofa estima que las pérdidas diarias durante esos días ascienden a US$5 millones.
Desde el Ministerio del Medio Ambiente estipulan que en un plazo de seis a diez años se reducirían las concentraciones al nivel de cumplimiento de la norma y que la contaminación atmosférica deje de ser un factor relevante en el caso de muertes prematuras. De hecho, la Organización Mundial de la Salud advirtió que Chile es uno de los países latinos con los índices más altos de contaminación atmosférica.
Acá algunas medidas algo radicales, pero no imposibles, para hacer frente a la contaminación en la Región Metropolitana.
1. Prohibición de vehículos motorizados en el centro
Con el fin de disminuir la contaminación en París, el 1 de julio entró en vigencia la nueva normativa que establece que no pueden entrar vehículos motorizados que tengan patente anteriores a 1997. Lo mismo ocurre con las motocicletas anteriores al 2000. Hoy, en plena crisis ambiental, algunos ven esta iniciativa como parte de las soluciones a adoptar en Santiago.
Según detalla el Plan Maestro de Transporte Santiago 2025 (PMTS 2025), las comunas del corredor centro-oriente (Santiago, Providencia y Las Condes), atraen cerca del 40% de los viajes motorizados en el período punta mañana, fenómeno que debiera mantenerse en los próximos años, pues las proyecciones indican que a 2025 habrá más del doble de automóviles respecto de 2012, alcanzando los 2,7 millones. Esto se produciría a pesar de que el crecimiento de la población será de sólo 700.000 personas (de 6,6 millones a 7,3 millones de habitantes). Esto resulta preocupante si se considera que cada usuario de transporte público que se transforma en automovilista, requiere entre 10 y 20 veces el espacio vial que utilizaba como pasajero.
2. Restricción permanente a catalíticos
Una de las medidas principales del Nuevo Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana -que debiera entrar en vigencia durante 2017- contempla la incorporación de la restricción de dos dígitos a los vehículos con sello verde entre mayo y agosto (periodo que concentra las crisis ambientales), lo que dejaría fuera del parque automotor a 340 mil vehículos cada día. Sin embargo, el experto en modelos de pronóstico de contaminación ambiental de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, establece que su impacto sería acotado y que tendería a favorecer a aquellos con mayor poder adquisitivo. “De aplicar modelos como éste, su impacto no debiera ser muy grande en términos de descontaminación porque si consideramos el número de vehículos que no circularía y el porcentaje que contamina, estaríamos hablando de una disminución por debajo del 5% de las emisiones totales en esta época del año”. Además, señala que de aprobarse esto para los vehículos anteriores al 2012, las personas van a tratar de renovar sus vehículos, lo cual si bien implicará una mejoría en la calidad en cuanto a tecnología, también producirá un incremento del parque automotor, y, a su vez, aumento de congestión”, enfatiza el académico.
3. Optimización del sistema de transporte
Los expertos coinciden en que para poder tener cambios significativos en materia de contaminación es determinante optimizar el transporte público. “La única forma concreta de conseguir que las personas se bajen del auto es que el sistema funcione de manera adecuada”, expresa Alex Godoy, director del magíster en gestión de la sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo. Si bien, él señala que es complejo comparar el desarrollo de ciudades, en lugares donde se ha conseguido disminuir los índices contaminación, la constante es un buen transporte. “Muchos han optado por implementar redes alternativas. Integrando tranvía, mejorando la tecnología de los buses para que contaminen menos, y generando mayor seguridad. Si una persona cree que la pueden asaltar en un bus de Transantiago es difícil que decida dejar la comodidad que le entrega un auto”. Además, cuenta que debiera haber incentivos para usarlos, como puede ser un subsidio a transportes no contaminantes.
4. Monitoreo ciudadano de industrias
Cada vez que la autoridad decreta emergencia ambiental, un número determinado de industrias de fuentes fijas (que emiten sobre 32 microgramos por m3 de material particulado anual) no pueden funcionar. ¿Los ciudadanos realmente saben qué significa esto? Justamente, los expertos ven como clave hacer partícipe de estos procesos a las personas, con el fin de que se transformen en fiscalizadores. “Tienen que aprender e incorporar una serie de conceptos en su vida como qué clase de empresa debe parar sus faenas para así, llamar y ayudar al monitoreo”, dice Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram. Otros señalan que las aplicaciones para móviles pueden facilitar el involucramiento de las personas para denunciar a quienes no cumplen con la normativa. Patricio Pérez manifiesta que contar con la infraestructura como call center anónimo o sistemas de denuncia con respuesta rápida es clave. “Tengo la sensación de que las personas aún no comprenden el fuerte impacto que tiene la polución en la vida de las personas. Mientras no se incorporen esos conceptos como algo real y tangible es complejo que consigamos que los ciudadanos participen de forma activa en la fiscalización”.
5. Una autopista especializada para camiones
Los camiones de carga pesada influyen bastante en la contaminación. No sólo por el combustible que queman, sino también porque producen lentitud en el tránsito y una simple panne, puede transformarse en una pesadilla. Cristóbal Galbán, PhD y profesor del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la UNAB, tiene una idea al respecto. Se trata de una autopista especializada para este tipo de flotas que esté alrededor de Santiago. “Hay que hacer otro cinturón, ojalá lo más alejado de Santiago posible, pero no a más de 60 kilómetros. Una especie de circunvalación como la de A. Vespucio, pero más amplia. Existen varias ciudades europeas que lo tienen, como París o Madrid. Esta última posee la M30 y la M40 y ya planea una M50”, comenta el académico.
Pero con un anillo para vehículos de carga pesada no se soluciona el problema, ya que en algún momento deberían entrar a la ciudad para dejar su carga. Al respecto, Galbán aclara que para eso, se deben formar además una serie de centros de acopio e industriales que reciban la carga y la repartan en vehículos menores. Si los camiones de alto tonelaje deben pasar por Santiago, que lo hagan sólo por la Autopista Central”, comenta Galbán.
6. Adiós estufas a leña en la RM
Aunque parezca simple, quizá una de las medidas más radicales de los últimos años fue dada a conocer en las últimas semanas. Se trata de prohibir definitivamente el uso de la leña en Santiago. Marcelo Mena, subsecretario del Medio Ambiente, aseguró -con estudios en mano- que el 31% de la contaminación de la Región Metropolitana es producida por la leña (cifra similar al de transporte). Incluso, sólo durante los meses fríos, se estima que incide en un 50% del total.
De hecho, su prohibición absoluta está contemplada dentro del Plan de Descontaminación Atmosférica de Santiago 2017, que está siendo promovido desde la Intendencia Metropolitana. “En la región podría perfectamente evitarse el uso de la leña. Esta zona no tiene la misma realidad que otras regiones del país. Aquí la leña es utilizada por sectores más acomodados, en desmedro de los más pobres”, dice Claudio Orrego, Intendente Metropolitano (ver entrevista página 22).
Así que, seguramente, se comenzará a ver una importante oferta de estufas a leña en sitios web de venta de productos usados en los próximos meses.
7. The Smog Free Project: Para Santiago y todo el mundo
Durante el último trimestre del año pasado surgió un proyecto innovador en Kickstarter (plataforma de financiamiento colectivo): The Smog Free Project. Esta iniciativa de Estudios Roosegaarde, busca construir el purificador de aire más grande del mundo en Róterdam, Holanda. Su diseño, que consiste en una torre de siete metros, demoró tres años y a pesar de haber solicitado 50.000 euros bajo crowdfunding, logró reunir 113.153 euros, lo que demuestra las proyecciones que tiene en ciudades de todo el mundo, como Santiago.
El sistema busca generar burbujas de aire limpio. Cada torre es capaz de limpiar más de 30.000 metros cúbicos de contaminación por hora, condensando las partículas contaminantes y convirtiéndolas en pequeñas piedras que pueden incrustarse en un sinfín de accesorios.
Funciona lanzando iones positivos en el aire, que se adhieren a las partículas de polvo, luego éstas son atraídas a través de una carga negativa al interior de la torre, donde se procesa este polvo, que en condiciones normales resulta dañino para la salud.