Imperturbable hijo del rigor

Cerró con Entel y se fue de viaje… Típico de él. Así no tiene que responder preguntas que no quiere, ni posar para las fotos "de rigor" que no te le interesa tomarse. Juan Manuel Casanueva (67 años, siete hijos), el hombre que el lunes recién pasado marcó un nuevo hito en su vida empresarial, al fusionar las operaciones de su firma GTD con Entel, es así. Quitado de bulla, bajo perfil, completamente alejado de la cosa pública.
Y sus amigos lo respetan a pie juntillo. Todos los que logramos contactar para armar su perfil nos pidieron encarecidamente que mantuviéramos su identidad en reserva. "Juan Manuel es bien especial, tiene su carácter. Es una estupenda persona, inteligente, trabajador, generoso… un caballero. Pero cuando algo no le gusta, ¡sálvese quien pueda!", dijo uno de sus conocidos.
Ex alumno del colegio Saint George e ingeniero civil de la Universidad de Chile, Casanueva dio sus primeros pasos laborales como analista de finanzas en Lever. Luego de un par de años pagando noviciado, se cambió a la CMPC, donde la actividad cotidiana de la mesa de dinero, la relación con los bancos y los analistas de inversiones, le dieron la idea de sacar un boletín diario con las tasas de colocación y captación… Como no había nada y la necesidad por ese servicio era inmensa, el proyecto fue un éxito casi desde el principio. Así nació Publicaciones Índice.
Tras su salida de la CMPC se integró al equipo económico de Sergio de Castro, junto a Hernán Buchi. Ahí comenzó una carrera pública que lo llevó a ser director económico de la Cancillería, a fines de los 70. Pero su veta empresarial estaba ahí, latente. "Manuel es de los que todo el tiempo está mirando cuál es la necesidad que falta", cuenta un cercano. "Un día me dijo: yo creo que los bancos necesitan estar conectados con los agentes, en forma directa. Que se marque un número de cuatro dígitos y se establezca comunicación. Que no haya que pasar por la CTC". Y así fue. En 1979, junto a Sergio Gutiérrez y Mario Raúl Domínguez, creó Comunicaciones Capítulo, una pequeña central telefónica. Dicen que Hernán Büchi, de quien a esas alturas ya era muy amigo, todos los días le días le decía que se había pegado en la cabeza. Que ese negocio no tenía por donde traer dividendos y que con suerte iba a encontrar un par de bancos como clientes. "Es que el servicio era nefasto", recuerda uno de los tantos banqueros a los que les fue a tocar la puerta. "Cada vez que se caía una línea, tardaban más de una semana en repararla. Por eso Büchi le decía que abortara la idea". Pero Casanueva estaba convencido que su idea tenía asidero y que sólo era cosa de construir sus propias redes.
Así, aprovechando que el Paseo Ahumada -gran centro financiero de esos años- estaba en remodelación, tendió cables por todo el centro de Santiago. Luis Enrique Yarur le dio un préstamo por US$50 mil, sin garantías. Esa relación se afianzó con los años. Tanto, que hasta el día de hoy Casanueva es director del BCI.
"Manuel jamás pierde la calma, lo que con los años se ha convertido en su gran plus a la hora de negociar. A él le dicen un número y no se le mueve ni media pestaña. En lo personal, es un hombre austero, de mucha vida familiar y tremendamente generoso. Hoy está bastante delicado de salud, por lo que me alegro que haya hecho esta tremenda movida", relata un amigo.
Lo que acaba de hacer con Entel es lo que sus amigos llaman "su último gran salto". El primero fue cuando expandió a Providencia la red telefónica que tenía en el centro. El segundo, cuando desplegó fibra óptica en casi toda la Región Metropolitana. Luego vino la creación de GTD Telesat, GTD Internet y GTD Larga Distancia. En 2005, la compra de Manquehue Net, a la familia Rabat y en 2010 la compra de Telsur a la familia Luksic. La historia da para libro. Y su caso, para ser estudiado en cualquier escuela de negocios del mundo.
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