Palaniappan Chidambaram, ministro de Finanzas de India, recordó con nostalgia esta semana cómo hace cinco años la economía de acelerado crecimiento había sumado un récord de US$92 mil millones a las reservas extranjeras de India en un solo año de su mandato previo en el ministerio.
Desde entonces las condiciones han cambiado fuertemente para peor, reconoció esta semana al detallar su plan de 10 puntos para salvar a la economía, pero había luz en el horizonte. "Veo destellos de esperanza", dijo al parlamento.
Pero ayer en la mañana, un renovado colapso de la rupia hasta cerrar en apenas RS69 por dólar hizo que la tentativa expresión de confianza del ministro pareciera bastante optimista. La rupia cayó a su menor nivel desde octubre de 1995, subrayando la posición de la rupia como una de las monedas de peor desempeño en el año, pese a las intervenciones del banco central.
Chidambaram y Raghuram Rajan, el recién nombrado gobernador del banco central quien se hace cargo del organismo la próxima semana, ahora enfrentan una serie de dificultades financieras exacerbadas por la caída de la rupia y el impacto de la guerra siria en los precios en dólares de las dos principales importaciones de India: petróleo y oro.
La inflación de India, cerca de 10%, podría subir en dos o tres puntos porcentuales si los precios de los commodities y el tipo de cambio permanecen a estos niveles, según economistas.
El costo del erario de los subsidios a los combustibles está subiendo. Los elevados precios internacionales del petróleo y el oro también hace más difícil reducir el déficit de cuenta corriente a la meta de US$70 mil millones que el ministro ha fijado para este año, desde los US$88 mil millones en los 12 meses previos.
Para las empresas, la fuerte caída de la rupia eleva la presión sobre las empresas indias con deuda en moneda extranjera, debilita a los bancos y complica el panorama para las empresas globales que operan en India, cuyas contribuciones a los ingresos y ganancias en sus empresas matrices se han visto erosionadas.
"Si miras la perspectiva de un inversionista extranjero, de pronto te das cuenta de que tienes un enorme riesgo de divisas cuando la moneda se mueve así", plantea el director de una empresa internacional basada en India, hablando bajo condición de anonimato.
"Hace tres años nuestra empresa valía muchos miles de millones de dólares, y pese a que creció mucho desde entonces, este año seguiremos valiendo los mismos dólares, si tenemos suerte. Es un desastre. Creces un montón pero todo esto se lo traga la rupia", agregó.
Junto con otras monedas de mercados emergentes como la rupia de Indonesia, la rupia india se ha debilitado a la expectativa del retiro del estímulo de la Fed, que devolvería el dinero de los inversionistas a EEUU.
Sin embargo, muchos de los temores de India son auto-infligidos. El crecimiento anual se ha reducido a la mitad en tres años hasta menos de 5% en gran parte debido a que los inversionistas se han cansado de la corrupción y burocracia en el país.
El déficit de cuenta corriente se ha disparado en parte por órdenes de tribunales que han cerrado minas indias de mineral de hierro y carbón, reduciendo las exportaciones.
Para Surjit Bhalla, presidente de la firma de asesoría financiera Oxus Investments, "la ineptitud, populismo y falta de políticas apropiadas del gobierno" son los mayores problemas. "Está la sensación de que nadie está en control, y los mercados están respondiendo a ello", plantea.
Goldman Sachs sugiere que India debiera ajustar la política fiscal y monetaria y frenar las importaciones si quiere alcanzar un déficit de cuenta corriente sustentable. Sin embargo, el banco expresó dudas de que el primer ministro, Manmohan Singh tome tales medidas -que restringirían más el crecimiento económico- de cara a la elección que se realizará en mayo de 2014.
COPY RIGHT FINANCIAL TIMES
© The Financial Times Ltd, 2011.