El sector upstream del negocio petrolero -y, específicamente, el de servicios a la industria- es, por lejos, el que más se ha visto afectado por el desplome de los precios del petróleo en toda la línea de producción.
Tanto así que las empresas que participan de este negocio suman una pérdida de US$130 mil millones en capitalización de mercado desde que comenzara el desplome del precio del petróleo, a mediados de 2014.
Así lo asegura un reciente estudio de la consultora internacional Bain&Company, que sostiene que además de la industria “aguas arriba”, las empresas que prestan servicios en el segmento usptream también están entre las más golpeadas.
El estudio “Más allá de la reducción de costos: La oportunidad de los servicios petroleros y las empresas de equipos”, sostiene que las empresas más golpeadas son aquellas que prestan servicios tales como perforación, mantenimiento, servicios de terminación y reentrada del pozo, y supervisión.
Esto se explica por un recorte en las inversiones de sus clientes, las empresas de exploración y producción, y que ha derivado en una caída del 25% en sus ganancias en 2015, en relación con 2014.
“Los márgenes también han disminuido, a pesar de que han comenzado a repuntar en algunos subsectores como los prestadores de servicios que tienen costos reducidos. En total, el sector perdió más de US$130 mil millones en capitalización de mercado, con algunos sectores que han sufrido más que otros”, se advierte.
Esto difiere completamente de lo acontecido durante la época pasada. Antes de que los precios del crudo cayeran, el sector tenía un positivo rendimiento: los operadores externalizaban gran parte del trabajo y les pagaban una prima por la disponibilidad dado que los niveles de actividad superaron la capacidad. Como resultado, los precios de los equipos y servicios se dispararon, y las compañías proveedores tuvieron un retorno por encima de lo considerado “normal”.
Sin embargo, este auge también género que las empresas vieran sus costos elevarse significativamente. “Cuando los precios caen, los ejecutivos de las empresas proveedoras recortaron capacidad, redujeron la plantilla de trabajadores y los gastos generales, y los presupuestos de capital se pusieron más estrictos a la espera de una recuperación. Sin embargo, muchos han comenzado a despertar al hecho de que la industria se encuentra en una encrucijada que exige decisiones más conscientes y cuidadosos en el futuro”, indica.
En este sentido, Bain&Company considera que los tres imperativos claves para enfrentar esta crisis son: en el corto plazo, reducir los costos internos. Esto es reducir los costos internos de forma dramática, mientras se mantienen los servicios básicos. En el mediano plazo, indica, se deben reducir el costo de los clientes y para ello se recomienda invertir en opciones que permitan a los clientes reducir sus costos y a la vez, aumentar su productividad.
Y finalmente, en el largo plazo, la recomendación es optimizar el portafolio, posicionándolo de tal manera que pueda soportar la desaceleración actual del mercado y luego aprovechar las ventajas de la recuperación.
“Todos estos movimientos requieren pensamiento audaz, fuerte, relaciones con el cliente de colaboración y ejecución impecable. Al igual que con cualquier perturbación grave, los ganadores serán los jugadores que pueden detectar las oportunidades y actuar con rapidez para capturarlos. La actual crisis pondrá a prueba los servicios de campos petroleros y ejecutivos de equipos, pero las que tienen la oportunidad de maniobrar en una posición mejor se adaptan bien a la eventual recuperación”, concluye.