MIENTRAS en las calles y carreteras de varios países, las autoridades buscan políticas y legislaciones para reducir la contaminación, en el mar también se están dando batallas contra el cambio climático.
Pero no se trata de organizaciones ciudadanas protestando o de acciones para reducir el plástico en los océanos, sino del sector naviero. Un importante hito en esta materia se dio hace unos días. El viernes pasado 173 países acordaron en Inglaterra reducir al 50% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del transporte marítimo antes de 2050, con respecto a los niveles de 2008.
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El tema puede parecer bonito en el papel, pero en la práctica, va a significar que la industria piense en nuevos diseños de sus flotas, sistemas logísticos y tipos de combustibles. El acuerdo fue el resultado de dos intensas semanas de negociaciones en el seno de la Organización Marítima Internacional (OMI) de la ONU, de la que Chile también es miembro (ver recuadro).
Por otro lado, algunas naciones como las Islas Marshall, que está amenazada por la crecida de aguas, querían un acuerdo más ambicioso. Incluso, la Unión Europea aspiraba a una reducción de entre 70% y 100%. "Es un acuerdo innovador, un Acuerdo de París para el transporte marítimo", dijo el secretario general de la Cámara Internacional de Transporte Marítimo, Peter Hinchliffe, luego de que se firmara el pacto.
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Según Paula Tassara, coordinadora del Programa de Energía y Cambio Climático de WWF Chile, la decisión es valiosa por ser un primer acuerdo mundial para descarbonizar un sector altamente intensivo en combustibles fósiles. "La meta es alcanzable, e incluso baja en ambición, considerando la tendencia en el desarrollo de energías más limpias. Justamente, un sector como el transporte marítimo -por su tamaño a nivel mundial- podría actuar como un factor clave para reducir los costos de nuevas tecnologías como el hidrógeno líquido, que también se comienza a utilizar en transporte terrestre", dice Tassara.
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El acuerdo es bastante simbólico, tomando en cuenta que el transporte marítimo y la aviación no estaban cubiertos por el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, establecido en diciembre de 2015.
El sector de la aviación, sin embargo, logró idear un plan de emisiones hace dos años, pero la navegación se había demorado, ya que su dependencia de las naves de larga distancia que funcionan con combustible, complicaba la reducción de CO2. Para hacerse una idea, el transporte marítimo representa alrededor del 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, y este porcentaje podía haber aumentado hasta el 15% si no se abordaba el problema, según indica el Banco Mundial.
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Pero más que las buenas intenciones, el éxito podía estar dado por otras aristas que podrían comenzar a generarse luego del acuerdo. "Nos parece que la OMI debería impulsar un acuerdo para invertir masivamente en el desarrollo de nuevas tecnologías e ir reforzando regulaciones más estrictas para la eficiencia en el uso de combustible, como estrategia de transición", comenta la especialista de WWF.
Sector privado
Para lograr la meta, el sector privado es fundamental. Varias compañías dedicadas al transporte marítimo ya han estado estudiando y aplicando políticas de reducción de gases de efecto invernadero (GEI).
Por ejemplo, Maersk, la compañía naviera de contenedores más grande del mundo, publicó a través de Twitter: "Presionábamos para llegar hasta objetivos más altos, pero sigue siendo un gran paso que la OMI busque reducir a la mitad los gases de efecto invernadero..."
John Kornerup Bang, head of sustainability strategy & shared value, de A.P. Moller-Maersk a nivel mundial, estima que la OMI dio un paso crucial. "Este acuerdo es una señal política importante que permitirá acelerar las inversiones necesarias para el desarrollo e implementación de la tecnología orientada a la reducción de las emisiones de carbono en el transporte marítimo, que mueve el 80% del comercio mundial", dice el ejecutivo.
De hecho, esta compañía tiene un plan para reducir sus emisiones de CO2 en 60% por contenedor trasladado para 2020 (línea de base 2007), cifra que actualmente ya llega a 43%.