La situación de la Familia Real de España se complicó ayer, luego de que la hija menor del rey fuera formalizada como sospechosa en una investigación de corrupción que ha atormentado a los miembros mayores de la Casa Real por más de dos años.
De acuerdo a un archivo judicial emitido por el juez de la investigación, la infanta Cristina Federica de Borbón y Grecia es sospechosa de lavado de dinero y evasión de impuestos, y deberá testificar el 8 de marzo. La infanta será el primer miembro directo de la Familia Real en una corte como sospechoso desde la restauración de la monarquía, hace casi cuatro décadas.
El del martes es el segundo intento del Juez José Castro, de implicar a la infanta Cristina en un caso de corrupción y malversación que se centra en su marido Iñaki Urdangarín, un ex jugador de handball. Al yerno del rey se le acusa de haber malversado millones de euros en su rol de director de una fundación sin fines de lucro que organizaba conferencias y ofrecía consultorías a gobiernos regionales y locales en España.
La infanta Cristina era miembro de la directiva, lo que le permitió al juez Castro nombrarla como sospechosa del caso en abril. Entonces, el juez dijo tener "serias dudas" de que ella no supiera de las actividades de su marido, pero la decisión de formalizarla como sospechosa fue anulada por un juez mayor. La última movida legal contra la princesa está basada en una argumentación diferente, indicando que podría haber infringido leyes de lavado de dinero y evadido impuestos en ganancias relacionadas a la organización. No hubo reacción inmediata por parte de la familia real. La infanta y Urdangarín han negado repetidamente cualquier delito.
Los últimos problemas legales que involucran a la hija del rey Juan Carlos llegan en un momento sensible para la familia, la que ha sido sacudida por escándalos y por la reciente especulación sobre la salud del rey.
El lunes, el rey hizo su primera aparición pública tras su operación de cadera en noviembre. Aun en muletas, el monarca de 76 años pareció perder la concentración varias veces durante su discurso anual para la celebración de Navidad del ejército, sugiriendo que aún le falta por recuperarse.
Las encuestas muestran que un creciente número de españoles cree que el rey debiera abdicar y dejarle el trono a su hijo, el príncipe Felipe. Una encuesta publicada por el diario El Mundo este domingo decía que al 62% le gustaría que el rey se retirara, en comparación al 45% del año pasado.
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