Por primera vez desde enero de 2013 la inflación de la eurozona se aceleró en febrero hasta golpear la meta de 2% impuesta por el Banco Central Europeo (BCE), reavivando las presiones para que su titular, Mario Draghi, frene su programa de estímulo anunciado a principios de 2015.
Desde el 1,8% de enero, el IPC de la eurozona subió dos décimas impulsado especialmente por el precio de la energía, 9,2% sobre 8,1% del primer mes del año.
Pero en estos días, el BCE mira con ojo crítico la cifra subyacente que el mes pasado se ubicó en 0,9% estando todavía lejos de las condiciones que impuso el organismo como resguardo a su política económica.
"El BCE no responderá con prontitud a la actual alza de la inflación en la zona euro ya que no cumple con los criterios para una inflación autosostenida en la zona cercana al 2%", comentó Stefan Kooths director del Forecasting Center del Kiel Institute for the World Economy y agregó que "la inflación subyacente todavía está muy lejos de lo que apunta el BCE y el aumento de los precios al consumidor provocado por el precio del petróleo se desvanecerá a lo largo del año".
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Flexibilización
Cumpliendo con las expectativas de la época, hace dos años Draghi reveló el esperado alivio cuantitativo, con el cual el organismo monetario pretendía suprimir la deflación (-0,6%) y reactivar al crecimiento económico a través de la compra de bonos. Gracias a la inversión de millones de euros para la compra de deuda soberana y activos privados, que en un principio, se extendería hasta septiembre de 2016.
Según Pedro Videla académico del IESE de la Universidad de Navarra "esto se ha extendido bajando los tipos de interés y ahora no solo se compra bonos gubernamentales, también compra bonos del sector privado.
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Según información del BCE, el Programa Ampliado de Compra de Activos (APP, en inglés) que incluye compras del sector privado y público, tiene compras netas mensuales de activos que ascienden a 80.000 millones de euros en promedio (desde marzo de 2015 hasta marzo de 2016), y a partir de abril de este año ascenderán a 60.000 millones de euros en promedio.
En cuanto a los activos que mantiene la entidad monetaria a enero de 2017 son 1,6 billones (millones de millones) de euros, -compuestos por el tercer programa de compra de bonos garantizados, el programa de compra de respaldado por activos, el programa del sector público y el del corporativo- tras haber realizado una compra neta de 85.036 millones de euros en el mismo mes.
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"Sólo hacia finales de 2017, siempre y cuando las actuales tendencias económicas continúen, el BCE comenzará a discutir qué hacer y a qué velocidad para reducir sus compras de activos", dijo Jacob Kirkegaard del Instituto Peterson.
Riesgos
Fue el mismo Draghi quien en el último encuentro aseguró que todavía era muy pronto para generar un cambio. Las elecciones de la eurozona que vienen este año (de Francia, Alemania, Italia y Holanda) son todavía un fuerte componente de volatilidad para el plan económico.
Durante los últimos días la prima de los bonos franceses ha aumentado ante una creciente amenaza populista en ese país, mientras que el nuevo plan de rescate griego está generando consecuencias similares, ampliando el riesgo.
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Pero los alemanes serían quienes concentrarían hoy gran parte de las preocupaciones sobre la extensión del plan de estímulos, luego de que el IPC alcanzara la cifra más alta en cuatro años y medio de 2,2% en febrero, superando el objetivo del BCE. De sefguir así, la creciente inflación será un factor emocional importante para los votantes de las elecciones federales de septiembre.
Pero el problema según Fredrik Erixon, director del European Centre for International Political Economy (ECIPE) es que los mercados de capital han sido severamente distorsionado "por el dinero fácil y necesitan ser normalizados pronto para levantar el crecimiento a largo plazo y proporcionar estabilidad".
Esta opinión está en línea con la de Videla, quien aseguró que "el sistema bancario europeo está destrozado debido a esta política", ya que con políticas de tipos de interés cero "desaparece el negocio bancario, desaparece el negocio del sistema de pensiones privadas, desaparecen muchos servicios financiero y ellos están pidiendo hace tiempo que termine esta política".
El próximo 9 de marzo el Comité de Política Monetaria del BCE se reunirá para decidir sobre la tasa de interés, y los expertos aseguran que se mantendrá sin modificaciones. Pero Bob Hancké, académico de política económica en London School of Economics, advierte que "no sería la primera vez desde el comienzo de la crisis financiera que la política monetaria se ajusta innecesariamente", ya que si la crisis del euro vuelve a estallar (sobre Grecia o Italia), "el BCE puede arrepentirse de haber sido tan duro ante un aumento relativamente benigno y pequeño de la inflación tras años de estancamiento", dijo el experto.