Pulso

Interés por LEED baja en empresas y sube en el sector público

¿Y tiene certificación LEED? Es una pregunta que se hace cada vez más común, especialmente en grandes empresas y multinacionales que buscan arrendar o comprar oficinas en Santiago. Además, se está transformando en un plus y exigencia en el área de arquitectura, a la hora de proyectar nuevas edificaciones.

Pero el interés por este sello, entregado por el Green Building Council (GBC) de Estados Unidos, no sólo llega a las empresas. Universidades y entidades públicas también buscan la manera de diferenciarse, mediante un valor agregado sustetable.

Para hacerse una idea, según los registros del GBC, actualmente existen 88 edificios certificados LEED en Chile y cerca de 290 en vías de obtener el sello. Santiago concentra la mayor cantidad de solicitudes y aprobaciones. Entre las comunas de Las Condes, Providencia y Santiago suman 199 proyectos registrados y 68 certificados.

Pero fuera de la capital también está creciendo el interés. Las regiones de Antofagasta (11 proyectos), Valparaíso (11), Biobío (10) Atacama (6), Maule (5) y Tarapacá (4) lideran la lista.

De todos los proyectos certificados, las categorías Certificate, Gold y Silver se reparten casi en partes iguales la torta. Pero a la fecha, sólo uno tiene la categoría Platinum, la más alta. Se trata del edificio corporativo Molymet, ubicado en la comuna de San Bernardo. Fue diseñado por el arquitecto David Rodríguez y levantado por la Constructora Inarco.

¿Cómo ser LEED? 

Esta certificación se compone de una serie de normas que evalúan la estrategia y elementos que se orienten a la a la sostenibilidad. Desde un principio (incluso en la fase de proyecto), toma en cuenta los aspectos relacionados con la eficiencia energética, el uso de ERNC, la mejora de la calidad ambiental interior, la eficiencia del consumo de agua, el desarrollo sostenible de los espacios libres y la selección de materiales, entre otros elementos.

“Estas construcciones son menos costosas de operar y mantener. Además, ahorran agua y energía. Así, logran tasas más altas de arrendamiento que los edificios convencionales en sus mercados. Son más saludables y seguros para los ocupantes y son una representación física de los valores de las organizaciones que las poseen y las ocupan”, explica Claudio Durán, gerente de Productos Profesionales de Philips.

En Chile, la historia de LEED comienza el 2005, cuando una serie de empresas se dan cuenta que necesitan cualidades sustentables para su negocio. Sodimac requería de sistemas de refrigeración y eficiencia energética; Explora, de elementos sustentables para sus hoteles; y a Komatsu, se lo estaban exigiendo desde su matriz en Asia.

Komatsu y Sodimac, junto con otras empresas, fundaron el capítulo chileno del GBC, que es una entidad sin fines de lucro, que recibe el aporte de sus cerca de 140 socios. “Al poco tiempo, la torre Titanium dio el puntapié inicial a la tendencia de edificios sustentables, lo que trajo un rápido crecimiento del interés por certificaciones LEED”, comenta María José Ibaceta, arquitecto de LEED AP del área técnica, proyectos y estudios del GBC en Chile.

El primer paso para certificar un edificio es contactarse con alguna consultora que conozca el procedimiento (hay una lista en www.chilegbc.cl), la que realiza un informe de pre-factibilidad, indicando los elementos y procesos a incorporar para solicitar el sello. La consultora acompaña en el proceso de diseño y construcción y documenta todo, para luego enviar un informe detallado al Green Builiding Certification Institute (GBCI) en Estados Unidos.

“Ellos poseen una serie de revisores que estudian el proyecto, el cual, si bien cumple un estándar, en algunos créditos se adapta también a algunas de las realidades locales. Incluso diferenciando Santiago de ciudades más pequeñas o el tipo de actividad”, apunta Ibaceta.

La entidad envía una serie de indicaciones a corregir. Una vez realizadas, se obtiene la certificación, mediante una cantidad de puntos que implica la categoría a recibir.

2015

Este año se prevé que exista una disminución en las certificaciones, producto del momento económico que está pasando Chile. Sin embargo, el interés por el sello LEED está aumentando en esferas fuera del sector privado. Por ejemplo, hace tres meses, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile inauguró el edificio Beauchef 851, un complejo académico y deportivo, cuyo diseño destaca por alcanzar altos niveles de ahorro energético. Ya está en proceso de certificación.

Por su parte, la Corporación del Poder Judicial tiene en proceso de licitación a los futuros centros de justicia de Arica y Antofagasta, que estarían listos a partir del 2016 e implicarían una inversión de $27 mil millones. Como requisito tienen que estar certificados con LEED. Los proyectos, que ya fueron diseñados, forman parte del Plan Quinquenal de Inversiones del Poder Judicial, que involucra el desarrollo de más de 20 nuevas obras durante los años 2013-2018 y tienen a la sustentabilidad como una de las principales exigencias.

“Es muy bueno que el Estado se esté incorporando a la creación de edificios públicos sustentables, porque generalmente es el último que se involucra en estas tendencias. Aparte del Poder Judicial, se están licitando varios proyectos públicos, lo que además, mueve muchos sectores como la construcción, consultoras, oficinas de arquitectos, etc.”, comenta Ibaceta. Y agrega: “Eso sí, en Chile,  la inversión privada ha tendido a disminuir un poco en 2014 y lo más posible es que siga así este año, en términos de certificaciones LEED. A diferencia de lo que está pasando en Perú y Colombia”.

Cristián Yáñez, subgerente de Eficiencia Energética y Construcción Sustentable de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Camara Chilena de la Construcción, tiene una opinión similar, pero alerta sobre el poco interés en proyectos inmobiliarios.

“Si bien existe un aumento sostenido en el uso de la certificación en edificios comerciales, no ha crecido en otros sectores como es el caso de edificación residencial (LEED Home). Creo que ha pasado a ser un estándar en oficinas, pero no en otro tipo de edificaciones. En el caso de la capacitación de profesionales respecto a esta certificación, se ha observado una disminución en el interés que hubo dos o tres años atrás”, dice Yáñez.

Más sobre:PortadaIndustria

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

No sigas informándote a medias 🔍

Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE