Si Mark Zuckerberg necesita un recordatorio de la inestabilidad del éxito en Silicon Valley, ni siquiera deberá mirar más allá del nuevo hogar de su compañía.

El conjunto de edificios construidos en San Francisco, perteneció hasta hace poco a Sun Microsystems. Tras alcanzar prominencia en el auge tecnológico de los '90, Sun no logró atrapar la nueva ola de la tecnología y sucumbió a una adquisición por parte de Oracle.

Este año, Facebook se cambió a ese edificio, reviviendo el abandonado sitio e infundiéndole la energía colectiva de sus 3.500 empleados, en su mayoría jóvenes: trabajando en sus computadores, llenando la cafetería y jugando roller hockey en el patio.

En Silicon Valley, lo nuevo generalmente se construye sobre las ruinas de lo antiguo. Google, cerca de Facebook, ocupa un campus que alguna vez usó Silicon Graphics, un fabricante de estaciones de trabajo que vivió un auge y caída.

Tales recuerdos hacen surgir una pregunta incómoda para los inversionistas de Facebook: ¿su reinado será más duradero?

La historia de la tecnología "sugiere que nada dura para siempre", plantea Anna Lee Saxenian, decana de la Escuela de Información de la Universidad de California. "Las probabilidades de que Facebook siga siendo un éxito por décadas son bajas".

En la era de internet, que se remonta a menos de 20 años, los hechizos de la dominación se han contado en períodos mucho más cortos. Las empresas cuyas posiciones alguna vez parecían arraigadas han dado paso rápidamente a nuevos rivales.

Como otros antes, Facebook se ha propuesto convertirse en el arquero de la web. Quiere estar en el primer lugar al cual acude la gente cuando encienden sus computadores o cuando usen sus celulares. Pero su ambición va incluso más allá: quiere ser el marco en torno al cual se organice todo lo demás en la web.

El auge de Facebook dependerá en su capacidad de identificar y neutralizar amenazas en el futuro.

© The Financial Times Ltd. 2011