La economía irlandesa enfrentaría, probablemente, el mayor impacto negativo en por el Brexit, como se conoce a la separación de Reino Unido de la Unión Europea. ¿La razón? Los fuertes vínculos comerciales entre Dublín y Londres. Sin embargo, expertos subrayan que hasta que no ocurra el divorcio , no deberían haber problemas para un país que podría crecer entre 4% y 6% este año.

Irlanda, que ganó el apodo de tigre celta tras su rápido crecimiento a inicios de la década pasada, se vio golpeada por la crisis crediticia global y el estallido la burbuja inmobiliaria, que llevó al índice de la bolsa de Irlanda a caer de un peak de 10.000 puntos en 2007 a menos de 2.000 puntos en 2009. Pero en los últimos años el país se ha recuperado.

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El viernes la oficina de estadísticas de Dublín informó que su economía se expandió 10,5% frente al mismo período del año anterior, mientras las exportaciones aumentaron 8,7% y las importaciones cayeron 13%. Sobre el trimestre anterior, la economía creció 4,2% y el gasto de los consumidores subió 2,7% interanual.

"La fuerte cifra de 10,5% se explica por una fuerte demanda interna, especialmente el consumo, mientras que el sector inmobiliario ahora dejó a su crisis atrás. Para el año completo, el crecimiento del PIB debiera estar en torno a 6%", dijo a PULSO el economista jefe de ING Belgium, Peter Vanden Houte. La proyección del economista se compara con la de 4% que espera el FMI, que anticipa 3,3% en 2018.

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Las cifras sugieren que la economía del país es resiliente a medida que se aproxima la fecha del Brexit: Irlanda es la economía más vulnerable a la salida del Reino Unido del bloque. Pero frente a esta amenaza, Holger Schmieding, del banco alemán Berenberg, sostiene que a menos que Reino Unido finalmente tenga un "hard Brexit", o una salida sin un acuerdo significativo o definido del mercado común europeo de 500 millones de habitantes, el impulso cíclico global debiera beneficiar a Irlanda más que ningún perjuicio que pueda surgir de un Brexit suave o semi-suave. "Irlanda todavía puede esperar tener otro año de crecimiento sólido el próximo año", agregó.

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Vanden Houte destacó que, dado que Londres y Bruselas sólo empezarán a negociar un acuerdo en los próximos meses, nadie espera que esté listo antes de marzo de 2019, por lo que Reino Unido se mantendrá por hecho en el mercado común durante la transición hasta que un nuevo acuerdo comercial se concrete. "En otras palabras, Brexit verdaderamente no llegará hasta 2021, por lo menos. Hasta entonces no habrá un efecto directo en la economía irlandesa", señaló.

Irlanda es un importante hub para empresas multinacionales, lo que compensa la debilidad de Reino Unido, que se ha desacelerado producto de una mayor inflación, que golpea su poder de compra.

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Dudas por las cifras. Hasta cierto punto, los números que llegan de Irlanda pueden estar sesgados por factores técnicos. El año pasado, las importaciones se vieron impulsadas por las empresas estadounidenses que trasladaron la propiedad intelectual a Dublín y las compañías irlandesas que compran aviones, sumado a que las transacciones entre empresas también distorsionan cifras. Así, en 2015 la economía irlandesa creció 26%, haciendo que los economistas de todo el mundo levantaran sus cejas.

En este sentido, Austin Hughes, economista de KBC Groep en Dublín, contó a Bloomberg News que si bien estamos frente a "una imagen bastante optimista, ya que algunas áreas en la economía están en muy buen pie y otras más frías, no es el auge descontrolado que vimos en el pasado" y "las cifras generales son cada vez más irrelevantes, por lo que la tasa de crecimiento subyacente probablemente esté más cerca del 4%. Hay una historia económica real enterrada allí en alguna parte".