La situación de stress financiero por la que atraviesa llevó a la isapre MasVida a pedir una rebaja en las exigencias de garantías al regulador, para así tener más liquidez y poder cumplir sus compromisos con beneficiarios y prestadores. Si bien expertos afirman que es difícil que la aseguradora quiebre, dado que posee un importante patrimonio, es un escenario que ha estado presente, especialmente cuando se piensa qué pasaría con los afiliados a la entidad en caso de que ocurriera dicha eventualidad.
Y dado que en el pasado se han producido quiebra de isapres, preocupa que la actual legislación no obligue a las otras aseguradoras a recibir afiliados de la entidad en falencia. Preocupante, sobre todo cuando se trata de personas de la tercera edad o con pre existencias, las que se verían obligadas a llegar a Fonasa, pese a contar con los recursos para estar en una isapre.
Es cierto que dado que el sector de la salud privada enfrenta un alto nivel de rechazo, las isapres abrirían sus puertas a todos los afiliados -para evitar así un mayor costo en materia de imagen-, sin embargo, tratándose de un tema tan delicado como la salud esto no puede quedar al arbitrio de las aseguradoras. De esa manera se evitará que ante situaciones indeseadas como una quiebra, los afiliados no sean los mayores perjudicados.