Silvio Berlusconi puede haberle asegurado a su pequeño, pero fiel grupo de adherentes que no se rendirá tras su condena por fraude tributario. Sin embargo, ya partió la búsqueda de un nuevo líder de la centro derecha italiana, y un nombre sigue repitiéndose.
El periódico Corriere della Sera de Milán llevó esta semana en primera página una caricatura de los que respaldan al ex primer ministro, declarando: "somos el ejército de Silvio y si nos quitan a nuestro líder, nos enrolaremos en la Marina". Se trata de un juego de palabars que apuntan a Marina, la mayor de los cinco hijos de Berlusconi de sus dos matrimonios.
La línea oficial del Partido de la Libertad, es que Berlusconi, el único líder que ha tenido en 20 años, sigue a cargo. Giorgio Napolitano, presidente de Italia, ha sido objeto de lobby para darle al multimillonario un perdón y también se habla de amnistía, aunque eso requiriría un voto parlamentario.
No obstante, mientras los expertos jurídicos y constitucionalistas afilan sus lápices y el comité del senado se prepara para discutir la remoción de Berlusconi de su escaño, parece haber una posibilidad real de que su condena por fraude tributario implique un año de arresto domiciliario, pero también la prohibición de ser electo por seis años.
Todo esto alimentó las especulaciones de que Marina Berlusconi, madre de dos hijos, que cumple 47 este sábado, sea nombrada como heredara política y empresarial de su padre, cuando el partido se relance bajo su nombre original Forza Italia, posiblemente el próximo mes.
Il Giornale, el diario de Milán, publicó el fin de semana el titular: "La elección de Marina que puede redimir a su padre y a nosotras las mujeres". Que Marina misma, quien preside la empresa de la familia Fininvest así como su brazo editorial Mondadori, haya negado públicamente cualquier ambición política, fue descartado. "Sabemos que no lo quieren, pero tememos que es su turno", rezaba el primer párrafo del artículo.
Los ejecutivos que han trabajado con ella han dicho que es inteligente y una firme negociadora. En 2007 Forbes la nombró la 33° mujer más poderosa del mundo. Nunca ha revelado mucho de sí misma, pero los comentaristas siguen todos sus movimientos, en particular su decisión de dejar Milán para unirse a su padre en Roma el jueves pasado, esperando el veredicto del tribunal y después participando, aparentemente por primera vez, de una reunión de crisis con líderes del partido.
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