Debido a la esencia de su actividad, la biodiversidad es uno de los temas más relevantes para Arauco, principalmente porque el tema forestal está en continuo escrutinio de la ciudadanía, ONGs y autoridades.
Debido a esto, según Iván Chamorro, gerente Asuntos Públicos y Responsabilidad Corporativa, Arauco tiene varias políticas al respecto, además de acciones concretas. Por ejemplo, poseen un plan de restauración de 25 mil hectáreas y otro de preservación de 60 mil hectáreas. Además de monitoreo y protección de especies en peligro como la Orquídea de Nahuelbuta, el Zorro de Darwin, Huillín de Caupolicán y anfibios de Parque Oncol. “Nuestro trabajo está dado por el valor ambiental o social asignado a las superficies forestales que trabajamos. Tenemos el compromiso de conocer los ecosistemas, proteger las especies , además de trabajar en la conservación de sitios culturales”, comenta Chamorro.
¿Invierten en investigación sobre la biodiversidad?
Operamos con recursos que son renovables, por lo que la sustentabilidad es fundamental, y en eso, Arauco invierte permanentemente a través de ciencia, investigación y aplicaciones tecnológicas (ver recuadro). Trabajamos en la protección de los suelos y la biodiversidad, buscando reducir los consumos de materias primas, la eficiencia energética, y también apuntando a ser autosustentables en términos energéticos a través de todos los procesos de biomasa que otorga el sector forestal.
¿Qué hay del factor social?
También está en el centro de nuestro quehacer. Hablamos de una sustentabilidad socioambiental, donde las localidades vinculadas a las operaciones se relacionan con el entorno de manera muy natural, y forman parte importante de la construcción de “comunidad” que Arauco ha ido realizando con los años.
¿Cuál ha sido la evolución de esta visión?
Se ha sofisticado y la hemos incorporado al ADN de la gestión en las distintas áreas de negocio que tiene la compañía. La sustentabilidad la materializan los propios trabajadores de Arauco, en su quehacer diario, en las decisiones que van tomando. Esto se evidencia por un lado, con el cuidado de los recursos naturales y por otro, a través de la apertura que tiene la compañía con los distintos públicos de interés.
¿Cómo se traduce concretamente?
En materia de desarrollo local, son tres los ejes de trabajo. Primero está la gestión responsable de la operación. Trabajamos para minimizar las externalidades negativas de la operación y maximizar las externalidades positivas. Por otro lado, la participación y el diálogo con las comunidades locales nos nutre de información fundamental. La comunidad manifiesta sus inquietudes y la empresa puede incorporar esas preocupaciones en su toma de decisiones. Nos importa ser “buenos vecinos”. Y por último, están las contribuciones, que se expresan a través de programas de desarrollo local, básicamente en cuatro áreas.
¿Por ejemplo?
En Formación y Educación, tenemos una serie de iniciativas muy significativas, por ejemplo, los colegios de la compañía en la zona de Arauco y Constitución. También tenemos el Plan de Reconstrucción Sustentable (PRES), que considera la reconstrucción de Constitución tras el terremoto del 27F y el “Fomento productivo”, que aborda el trabajo que hacemos con los pescadores artesanales, o las artesanas de Quinchamalí apoyando un mejor desarrollo de su actividad.
¿Cómo influye esto a su modelo de negocios?
La estrategia de sustentabilidad permite generar un entorno social donde la empresa se inserta para jugar un rol específico de apoyo. La idea es aprender a trabajar con otros, a trabajar en red, de esta manera, las dificultades pueden enfrentarse siempre en clima de colaboración y confianza. Así trabaja Arauco.
Tienen bastante desarrollado el diálogo con comunidades, ¿cómo ha sido el trabajo al respecto?
Creo que existe un tremendo valor en conocer los lugares donde estamos, insertándonos dentro de los territorios como un actor que participa y dialoga. Esto permite generar una base de confianza que alimenta los acuerdos y las iniciativas que Arauco realiza. La experiencia nos dice que generando relaciones de respeto, basadas en el diálogo, podemos desarrollar una visión que habitualmente es común tanto para la compañía como para la comunidad.