Después de las elecciones del pasado 19 de noviembre, el diputado UDI, Jaime Bellolio, fue reelecto y pasó a tomar mayor protagonismo en la campaña de Sebastián Piñera como uno de los principales voceros del comando para la segunda vuelta.

Durante ese período se enfocó en la campaña presidencial y evitó ser muy crítico con la directiva de la UDI, por no cumplir con los resultados parlamentarios que se esperaban, perdiendo la etiqueta de ser el partido político más grande del Congreso. Según Bellolio, los análisis debían hacerse después del balotaje, ya que la prioridad, en ese momento, era ganar en la presidencial.

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Ahora, tras el triunfo de Sebastián Piñera, ya cree que es tiempo de hacer una reflexión sobre las cifras electorales. Además, responde a una interrogante que se ha generado en las semanas posteriores a la primera vuelta sobre la permanencia de la directiva de la UDI, luego que algunos integrantes de la tienda política exigieran la renuncia de la presidenta, Jacqueline van Rysselberghe.

¿Por qué no se anticipó el amplio triunfo de Piñera en la segunda vuelta?

-Nuestra percepción siempre fue que iba a ser estrecho. Déjeme remontarme también a lo que fue la primera vuelta. A pesar de que todas las encuestas mostraban que Piñera estaba muy arriba y en torno al 50%, mi percepción- de la calle y lo que pasaba con la ciudadanía- era que no iba a ser así, que iba a ser apretado, que Piñera iba a salir primero, pero que se iba a definir en segunda vuelta y eso sucedió. En segunda vuelta, mi expectativa era que esto iba a ser más o menos 52%- 48% y que la diferencia de votos iba a estar en torno a 250 mil y, por tanto, para mí sí fue una grata sorpresa.

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¿Y de dónde vienen esos votos? ¿Son votantes de Beatriz Sánchez?

-Creo que viene del sentido común de la ciudadanía, y obviamente hay votantes nuevos. Entonces, hubo un recambio de votantes y creo que mayoritariamente quienes fueron a votar son familias de clase media, personas que sintieron que con Sebastián Piñera había más seguridad frente a los problemas que hoy día aquejan a Chile. Piñera lo que hacía era darse cuenta que tenía que tener un discurso ciudadano, un discurso de acuerdo a los problemas de las personas. El hecho de que Guillier se planteara como continuador de este Gobierno da cuenta de la ceguera del actual Gobierno y de Guililer, de insistir en que los últimos cuatro años han sido maravillosos para los chilenos, mientras que la percepción de los ciudadanos es justo lo contrario.

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¿Qué rol debe jugar la UDI en el futuro gobierno?

-Lo que tiene que hacer es poder sintonizar con el corazón de la clase media. La UDI trabajó y se forjó en las poblaciones. Creo que esa tarea la dejaron de lado. Y esos sectores populares de hace 20 años atrás, hoy día son sectores de clase media que tienen distintas vulnerabilidades. Entonces, es a ellos a quienes la UDI tiene que conquistar, hablar, entender y proyectar. Lo que Piñera ha dicho que es la Clase Media Protegida, a mí me gustaría que fuera la causa de la UDI en los próximos cuatro años. Tengo claro que al interior de la UDI esto no ha sido discutido y que la directiva se ha negado a discutirlo, y que su prioridad ha sido otra. Para mí- ahora que se están conformando los equipos de gobierno- la primera pregunta que uno tiene que contestar es cuál es la causa, cuál es la razón de la UDI y- a continuación de eso- definir quiénes son las mejores personas para llevar adelante esas causas.

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Pero eso es lo que van a hacer en el consejo directivo ampliado que tienen fijado para enero, ¿no?

-Va a haber un consejo directivo ampliado a mediados de enero cuando ya probablemente estén definidos quiénes van a ser los equipos o las figuras principales. A mí me parece que lo que había que hacer era justo al revés. Era primero definir. Creo que esto había que definirlo antes de las elecciones, o sea, esto debió haber sido el mandato que firmaba cada uno de los candidatos nuestros a diputados, a senadores, a core, que para ser diputado de la UDI nosotros tuviéramos una especie de contrato con Chile, en el que dijéramos cuáles son las causas que queremos llevar adelante en el próximo período. La directiva actual decidió no tener eso. A mí me parece que ese es un error estratégico no hacerlo. Es urgente hacerlo y hemos sentido, varios, porque no soy solamente yo, la negativa permanente a entrar en esto.

Considerando esa negativa permanente, ¿teme que las decisiones de los cargos para el gobierno de Piñera se hagan sin considerar otros puntos de vista?

-No me quisiera concentrar en un tema como que esto fuera un mensaje para la directiva. Para mí, acá hay un liderazgo que tenemos que ejercer todos y va a haber una vía institucional por la cual distintas personas pueden manifestar su interés en trabajar en el gobierno, pero también quienes participamos activamente en la campaña de Piñera tenemos nuestro propio espacio y espero que no sea incompatible.

¿Fue con esa intención de definir las causas del partido que solicitó una reunión de análisis inmediatamente después de la segunda vuelta?

-Completamente. Como siempre se ha hecho en la UDI, después de las elecciones, al muy poco andar, a los días siguientes, se hacía una reunión de reflexión, de pensar cómo nos había ido y qué es lo que íbamos a hacer en conjunto. Lamento que algunos no quieran hacer eso. Algunos querían no hacer este consejo directivo, sino hasta marzo. Eso me parece que, francamente, habla de un grupo de personas que no cree en lo colectivo, ni tampoco valora lo suficiente el poder de las ideas. Y eso es lo que la gente hoy día nos está pidiendo a gritos.

Tras los resultados positivos en la segunda vuelta, ¿mantienen la postura crítica a la directiva de la UDI?

-Es que son cosas paralelas, es justo ahora el momento en el cual tiene que haber renovación de equipos y renovación de ideas. Los chilenos nos dieron una segunda oportunidad con Sebastián Piñera, y tiene sentido esa segunda oportunidad en la medida que tú tengas esa renovación de equipos e ideas.

¿Van a pedir la renuncia de la directiva o de la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe?

-Jamás he pedido ni pediré la renuncia de Jacqueline van Rysselberghe, de quien democráticamente al interior del partido fue electa. Y si ella estima que tiene que hacer cambios en la directiva es algo que está solamente a su discreción y si ella siente que está todo bien también es parte de su decisión. A mí me parece que hay muchas cosas que cambiar, pero yo jamás me voy a pronunciar sobre la continuidad o no de ella, porque ella salió electa por un mandato de dos años y por supuesto que tiene, no sólo el derecho, sino la obligación de ejercerlo. Para mí esto de ir a escuchar, de conformar equipos, de conformar causas es parte de mi propia obligación que me autoimpongo como parlamentario como militante de la UDI.

Si el Presidente electo se lo pidiera, ¿sería ministro?

-Primero tendría que pedírmelo para luego después pensarlo, pero yo el 11 de marzo asumo como diputado en mi próximo periodo y eso lo tengo muy claro.