Para sus organizadores, la COP 21 es considerado como el encuentro diplomático mundial más importante de la historia contemporánea de Francia. La 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), que se celebrará desde el 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015 en París, congregará cerca de 50 mil personas entre delegados de cada país, observadores y miembros de la sociedad civil.
“Creo que lo más similar en términos de tamaño fue la reunión de la Organización Mundial del Comercio, pero ésta es aún más compleja y tiene un gran factor diferenciador de otras: involucra totalmente a la ciudadanía”, comenta Jean Mendelson, uno de los cuatro Embajadores de la COP 21 que por estos días recorren el mundo para empaparse de la opinión y planteamientos de los países participantes. Se dio un tiempo para hablar con HUB Sustentabilidad sobre cómo están organizando este evento.
Mendelson conoce bastante Cono Sur, pues trabajó hace unos 30 años en la embajada de Francia en Chile y le tocaba viajar mucho desde nuestro país a Argentina, entre otras actividades. “Me sorprendí mucho hace unos días en el vuelo entre Buenos Aires y Santiago. Siempre disfrutaba mucho ver la nieve por el paso de la cordillera de Los Andes. Pero esta vez ¡casi no había nieve! El Aconcagua era impresionante”, comenta algo desilusionado.
¿El cambio climático?
Creo que sí. Es uno de los efectos que justamente tenemos que evitar y para eso son claves los acuerdos que se logren en Francia a fines de este año.
¿Cómo va la preparación?
En camino. Hay dos tipos de preparaciones. Una es la práctica y la otra, la política. En cuanto a la primera, el lugar está acondicionándose absolutamente para la reunión. La gran diferencia es que por primera vez en la historia los representantes diplomáticos y la sociedad civil (empresarios, sindicatos, ONG, etc.) estarán en un mismo lugar y al mismo tiempo. Quizá no juntos en las salas de reuniones, pero a no más de 40 metros de distancia. Sin embargo, estarán constantemente compartiendo y conversando cuando salgan a exterior. Por ejemplo, en los mismos restaurantes o en espacios en común.
¿Por qué tanta importancia a la sociedad civil en comparación a otros acuerdos y encuentros?
El acuerdo final en este caso es muy específico e importante, debido a que no sólo requiere del apoyo de los gobiernos, sino también de toda la humanidad. Más que prohibición implica voluntad, la mía, la suya y la de todas las personas de este planeta. Tiene que ver con cómo usamos el transporte y el agua, por ejemplo. Que el acuerdo sea un fracaso o no, dependerá de la población, de la gente.
¿Cuál es la principal meta?
Lograr que la temperatura a nivel mundial no suba más de 2 grados Celsius.
¿Cuáles son las etapas que vienen en los menos de cinco meses que quedan?
Varias, pero en términos generales, hay tres reuniones previas grandes. Pero también hay muchas actividades formales e informales entremedio. Por ejemplo, dentro de las primeras, esta semana, el secretario general de Naciones Unidas, se reunirá con los cancilleres de la COP 21 para ver en qué se encuentra la negociación del acuerdo. Esto permite empujar la dinámica de las negociaciones.
Claro, por lo general en estos casos los acuerdos siempre se establecen antes de las reuniones.
Exacto, al menos un texto semi definitivo para llegar a la COP 21. La idea es que ya en octubre los temas en desacuerdo queden claros y comience el trabajo de la redacción del texto. Finalmente lo que esperamos es intercambiar opiniones y entender bien que opina y quiere cada sector.
Compromisos y Contribuciones
Últimamente varios países han dado a conocer su compromiso de reducción de GEI, ¿esperan que todos lo hagan antes de la COP?
Yo diría que más que compromisos, son contribuciones. Hasta el momento tenemos cerca del 25% de los países que han dado a conocer sus contribuciones.
Pero hasta que nada se firme ¿no siguen siendo compromisos?
Sí, pero es importante entender que son contribuciones, porque les da un carácter práctico. Además, independiente de lo que se firme en la COP 21, se necesita que la contribución sea mayor al compromiso. O sea, que sea el piso. Si consideramos los “compromisos” actuales, el aumento de la temperatura mundial sería de 4 a 5 grados Celsius, lo que está muy alejado de la meta. Por eso, independiente de los compromisos, necesitamos saber durante las negociaciones previas sobre qué bases estamos trabajando, para que haya una trayectoria correcta y lograr el objetivo.
En este contexto ¿Cómo los hacen los países más pobres?
Hay varios que no saben o no pueden realizar las mediciones y estudios necesarios para establecer sus contribuciones. En este aspecto hay una fuerte cooperación de Francia y Alemania, en base a organismos, para apoyarlos e incluso, financiarlos.
¿Ya está en marcha esa cooperación?
Claro. Por ejemplo, en Francia proveemos de una fuerte ayuda a los países africanos y en otras regiones colaboramos con naciones que también desarrollan ayuda. Éste es el caso de Paraguay, donde a través de una alianza con Perú, estamos ayudando a generar sus estudios respectivos.
Hablando de América Latina, hay países como Chile, que su aporte al cambio climático es muy bajo, pero el impacto de éste es bastante importante. ¿Cuál es el rol de Latinoamérica en las negociaciones?
Primero, América Latina y el Caribe, emite poco como grupo, Pero si nos vamos a las individualidades hay cifras dispares. Por ejemplo, en el caso de Chile es muy poco, pero Brasil es importante. Hay que pensar no sólo en el nivel de emisión, sino también en el nivel per capita y en la trayectoria de la curva, la cual se espera que sea descendente. Es verdad, Latinoamérica emite muy poco, pero según lo que vimos en Lima el año pasado, posee dos zonas que pueden ser muy afectadas: El Caribe y la costa del Pacífico.