La polémica desatada por la sorpresiva alza del déficit estructural en Chile, de 1,7% a 2,1% del PIB en 2017, conocida solo hace algunos días, instaló un debate sobre la transparencia en el manejo de las cifras sobre finanzas públicas. En el contexto en que el nuevo gobierno prepara además un recorte en el presupuesto para este año, la directora del Observatorio del Gasto Fiscal, Jeannette von Wolffersdorff, apunta categórica a la necesidad de mejorar la entrega de información y es crítica del rol de la Dirección de Presupuestos (Dipres). "La Dirección de Presupuestos tiene un poder muy grande, y cuando tiene una cultura de no transparentar datos, es complicado", dice la también directora de la Bolsa de Comercio de Santiago.
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¿Cuál es su percepción sobre la divulgación del mayor déficit estructural?
- Nadie puede negar que la situación ha sido desafortunada. No solo hubo un error, sino que también hubo problemas en la transparencia del debate. No se supo antes el requerimiento que hizo el Consejo Fiscal Asesor (CFA) respecto a la revisión del cálculo y además se informa que el déficit estructural estaba más alto justo antes del cambio de gobierno.
Pero más allá de eso, creer que hubo intención detrás es irracional. Esto no ha hecho un favor al gobierno saliente de Michelle Bachelet.
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¿Cuál es su análisis sobre el aumento del gasto público los últimos 4 años? ¿Fue responsable?
- Ha estado lejos de ser óptimo. Me llama la atención que desde 2015 hubo un aumento importante de la deuda neta del gobierno, pese al anuncio de querer bajar el déficit estructural. Pese a que las cifras reflejaban que habría una menor recaudación tributaria, no hubo un ajuste correspondiente. Es una alerta de que si seguimos así en el futuro, tendremos que pagar cada vez más intereses, que es solo gasto para financiar la deuda.
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¿Cuál es la magnitud de ese pago por mayor deuda?
- El pago de los intereses implicó más del 4% del gasto corriente en 2017, un alza de alrededor de 13% frente al periodo anterior. Son en torno a $ 1,4 billones, más de US$ 2.000 millones.
Tenemos que tener cada vez más claro el costo de la deuda, no solo es tema de economistas. Los contribuyentes tienen que saber que hay que pagar el costo sobre el capital, que el año pasado fue 16% superior a todo el gasto del Ministerio de Economía, y más de dos veces lo que gastó el Ministerio de Desarrollo Social en el mismo año.
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Me parece que un mayor endeudamiento podrá ser justificado cuando el aumento de la productividad supera el pago de intereses. En este caso, el gobierno de turno debiera poder mostrar claramente qué logró en resultados, dado el mayor endeudamiento. Es un campo por explorar, porque hoy, hay pocos datos disponibles sobre ello.
¿Cuál es su evaluación de la gestión de la Dipres del gobierno anterior?
- En la Dipres históricamente se instaló una cultura más de opacidad que de apertura. Cuando nosotros pedimos datos abiertos del gasto público al inicio del gobierno de Michelle Bachelet, se hizo muy difícil avanzar en algo que era muy lógico. Además, intentar instalar un Consejo de la Sociedad Civil en la Dipres, y así cumplir la Ley 20.500, fue duro de debatir. Avanzamos unos primeros pasos gracias al ex ministro Rodrigo Valdés, que estaba convencido de la importancia de la transparencia fiscal. E incluso en ese sentido, él tuvo que convencer a la propia Dipres de ello; ahí nos dimos cuenta que este servicio tiene un poder muy grande, y cuando tiene una cultura de no transparentar datos, ello es complicado.
Aunque las autoridades que llegan tengan la intención de avanzar en transparencia, toda la institución requiere un cambio de la cultura que está instalada.
¿Cómo ven el ajuste fiscal anunciado por Hacienda, hay espacio?
- Creemos que hay mucho espacio para ajustes, partiendo por la voluntad del nuevo gobierno, que nos parece sumamente importante.
En primer lugar, creemos que se debe hacer una revisión a lo que llamamos la "fiebre de diciembre". Todos los años pasa que la meta no es la calidad o eficiencia del gasto, sino ejecutar por ejecutar para alcanzar el 100%. El debate tiende a centrarse en si hubo sub o sobre ejecución, es casi más importante que la pregunta de qué se hizo.
¿Cómo fue la "fiebre de diciembre" en 2017?
- Hubo una ejecución en diciembre de 13,1% de todo el gasto neto del año, mientras que el promedio mensual de enero a noviembre fue 7,9%. En otras palabras, la ejecución de diciembre fue 2/3 mayor que el resto del año, y es algo que se da todos los años con leves variaciones. Los funcionarios públicos, que hacen los inventarios, saben que varios servicios tienen bodegas llenos de bienes como computadores u otros, que se compran sin que tengan un uso. Eso solo para cumplir la ejecución presupuestaria.
¿Cuál es su propuesta en ese sentido?
- Se puede implementar vía una regla clara que elabore el Ministerio de Hacienda, que permita traspasar gastos de un año a otro, que dé un incentivo al ahorro. Hoy no hay ningún incentivo para ahorrar, especialmente en compras públicas. Todo ahorro debería ir en favor de cada servicio público, en cambio hoy, si no gasta todos los recursos, corre el riesgo que el siguiente año se le recorte su presupuesto. Es un incentivo negativo.