Han sido siete catástrofes que han azotado al país en 2015. Por lo menos así lo estiman en la Asociación de Aseguradores, en un año que tildan de desafiante, pero con un balance positivo, cuyos resultados financieros han sido adversos producto del tipo de cambio y una menor rentabilidad de las inversiones.

“Las primas han crecido significativamente, estamos cerrando el año, según nuestras estimaciones, con un crecimiento en torno al 11%, pero ello no se ve reflejado en los resultados”, señaló Jorge Claude, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Aseguradores.

Para el ejecutivo, el área de seguros generales ha debido hacer frente a un escenario muy desafiante debido a las siete catástrofes registradas en el año. “Partimos con el volcán Calbuco, seguimos con marejadas, terremoto, aluviones etc. Todos los seguros catastróficos se vieron muy afectados, pero finalmente para eso estamos”, indicó, atribuyendo a estos factores los menores resultados en el área generales. “Incluso llegando a pérdidas en algunas compañías”, precisó.

También apuntó a los seguros de vehículo como un producto muy afectado, principalmente por el precio del dólar y su efecto en el valor de los repuestos. “Ello ha aumentado los costos muy significativamente y eso afecta los resultados de las compañías. Lo importante es que las empresas están financieramente sólidas y están honrando el compromiso que tienen con los clientes”, dijo.

Por su parte el área vida ha enfrentado una caída en la rentabilidad de las inversiones, afectada principalmente por los mercados internacionales y también por el estancamiento que ha registrado el mercado financiero local. “Todos sabemos que en el mercado de capitales los valores transados han caído muchísimo, las tasas de interés han pasado por un período históricamente bajo y todo eso afecta la rentabilidad de las carteras de inversión de las compañías de vida”, explicó Claude.

Respecto a los productos que llamaron su atención en la gestión 2015, el ejecutivo apuntó a rentas vitalicias: “Han tenido un incremento muy importante este año. En torno al 70% de las personas que se jubilan se deciden por este producto”. A su vez, destacó el crecimiento de 18% del robo con fractura, lo que atribuyó a una mayor percepción de riesgos por parte de las personas y mayor conocimiento de los instrumentos financieros.

Los desafíos en 2016

“Las primas están muy relacionadas con el crecimiento del PIB, entonces que se esté revisando a la baja las proyecciones no son buenas noticias para nosotros”, dijo Claude anticipándose a 2016.

“Más que crecimiento el gran desafío en 2016 serán los costos, básicamente en seguros de auto”, agregó. Para Claude, el precio del dólar y el valor de los repuestos continuará su influencia sobre la industria y es precisamente ahí donde “está el gran desafío de las compañías, cómo competir y llegar a un precio que sea competitivo y a la vez generar una rentabilidad adecuada”, dijo.

“Para el próximo año habíamos proyectado un crecimiento en torno al 5%, el que tendremos que revisar y que finalmente se ubicaría en torno al 4% - 4,5%”, adelantó, estimando que las mayores preocupaciones radicarán, en el área generales, los costos; mientras que en vida la atención estará puesta en la rentabilidad de las inversiones con las expectativas puestas en que los mercados se puedan recuperar.

Respecto a si las siete catástrofes han incapacitado a la industria para hacer frente a escenarios como estos en 2016, Claude fue enfático en señalar: “Estamos preparados. Las compañías han calculado sus precios en virtud de hacer frente a esta catástrofes y también han contratado los reaseguros necesarios para tener la certeza de que se podrá responder, por muy grande que sea la catástrofe”.

Sobre lo que viene en regulación, anticipó que están a la espera de la aprobación de la Comisión de Valores y Seguros  -se espera para el primer semestre de 2016-  y que tras la venia del Congreso, vendrá el gran capítulo del capital basado en riesgo en una reforma a la ley de seguros. “Hoy es una fórmula más estándar y a partir de este capítulo esperamos que las compañías puedan hacer el cálculo en función de sus propios riesgos y así determinar el nivel de capital que deben mantener”, concluyó.