No hay quien pare a José Manuel Guilisasti Gana cuando comienza a contar los distintos desarrollos que tiene en marcha Viñedos Emiliana. Pero hay un punto que lo llena de satisfacción: la sustentabilidad, cuenta el menor de los hermanos hombres de esta familia de tradición viñatera. Pero aclara de entrada: "Lo primero, es que todos los proyectos tienen que ser rentables en el tiempo".

Desde la gerencia general de Emiliana, José Guilisasti (agrónomo) destaca que la visión y filosofía de la compañía ha sido siempre producir vinos de alta calidad bajo un concepto de sostenibilidad por medio de una agricultura orgánica y biodinámica. Más aún: utiliza envases de vidrio un 14% más livianos, que generan menos polución (emisiones de CO2) en su transporte en barco y menos energía en su producción;

Suma y sigue: la compañía estableció una política de gestión basada en el concepto de "3R": Reducir, Reutilizar y Reciclar.

También hay un compromiso con los trabajadores, la comunidad y la sociedad. Bajo esta premisa, Emiliana se certificó en junio de 2011 bajo el concepto de Comercio Justo FLO (Fairtrade Labelling Organization) promoviendo una relación voluntaria y justa con sus trabajadores y consumidores.

"Al ser Emiliana una sociedad abierta te obliga a tener una administración súper transparente y con una buena gestión; el mercado es el que te va a evaluar. Tenemos que desarrollar una apuesta totalmente distinta y eso se refleja en el valor de la acción, que el año pasado subió 22%, porque este es un proyecto que va a futuro", destaca José Guilisasti.

¿Y la relación con sus trabajadores y la comunidad en donde está emplazada la compañía?
-Aquí estamos marcando una pauta con una filosofía distinta en cómo la empresa se inserta en las comunidades, porque Chile necesita una imagen distinta.

El vino no te lo compran en el exterior por ser Concha y Toro, sino que lo ven como un vino chileno. Aquí lo importante es la imagen. Si tú pides un vino neozelandés pides algo verde, algo distinto.

¿Como se aborda la relación trabajador/empresa?
-Hay que ir a la base y aquí atacamos tres frentes: los jóvenes, las familias y los niños. ¿Qué hacemos? En cualquier lugar donde está Emiliana está todo cubierto con internet, porque este es el mundo de la conexión.

Después, tenemos un convenio con la Universidad Católica en que la gente del pueblo se puede capacitar y, especialmente, los jóvenes con profesores de la universidad, porque después de las cinco de la tarde los colegios se cierran y ellos van a estas salas que están dentro de los conjuntos vecinales. Allí todos tienen clases.

También tenemos el concepto de la huerta urbana: en todos los pueblos arrendamos terrenos para hacer esto. Así transmitimos qué es comer comida orgánica. Llevas la filosofía de saber alimentarse dentro de la casa.

¿Cuáles son las metas que tiene la compañía en sustentabilidad?
-Nuestra meta es que todo lo que tenemos en la empresa, que es fantástico, sea transmitido a la comunidad. Eso mismo lo ves cuando con el comercio justo hacemos multicanchas con la municipalidad en donde cedemos un pedazo de nuestro terreno. Entonces, de alguna manera estás contribuyendo con la sociedad.

¿Eso es sustentable para una compañía?
-Hace un tiempo, todos vimos a un Chile que gritó fuerte. La forma no fue la adecuada, pero sí el mensaje.

Con lo que estamos haciendo estás apostando a que todas las compañías se vayan insertando en las comunidades, y así la comunidad será una mejor sociedad.

¿Esos cambios tienen que adoptarlos las autoridades?
-No, todos. Esas son filosofías de empresas e, indistintamente, el gobierno que esté de turno. Son cambios radicales, porque son profundos. Por ejemplo, toda nuestra gente tiene becas de estudios y, para mí, eso no se debe mostrar porque es una obligación.

El objetivo de Emiliana es insertarse en las comunidades, y que ese efecto se empiece a multiplicar.

¿Cuáles son los planes que hay en eficiencia energética?
-Tenemos todo certificado como carbono neutral. Además, todas las calderas son todas a base de leña y la sacamos de los campos; buscamos maleza. Por ejemplo, un aromo que se seca lo usamos como leña. Así tenemos todo lo que tiene que ver con calefacción solar. Pero para esto te tienes que hacer cargo de todo lo que sucede dentro de tu campo.

¿Y cómo ve el trabajo de sus pares?

-Falta mucho. A veces la gente lo hace por marketing, pero cuando una empresa es orgánica es porque es 100% orgánica. Si tenemos eficiencia energética la tienes también en las casas de los trabajadores.

Creo que la gente ve esto y se asusta por los costos, pero nosotros decidimos jugárnosla entera. Todo esto es parte del proyecto que tenemos al 2015, de vender la totalidad de nuestros vinos orgánicos.