La Corte Suprema asestó un golpe de gracia a una pieza clave de la legislación de derechos civiles de EEUU ayer, cuando declaró que una parte central de la ley de derechos electorales era inconstitucional.

La ley, aprobada en 1965, fue diseñada para detener a los estados con una historia de racismo discriminatorio contra los votantes. Con la Corte dividida en líneas ideológicas, cinco de los jueces dictaminaron que las disposiciones no llevaban a "ninguna relación lógica" a Estados Unidos en 2013.

Los analistas legales lo llamaron un fallo "histórico". El presidente Obama dijo que estaba "profundamente decepcionado" con la decisión y grupos de derechos civiles han denunciado un "enorme retroceso".

La Corte Suprema consideró un desafío a la ley del Condado Shelby, en Alabama, en su mayoría blanco. La ley fue dictada a tiempo, cuando las jurisdicciones del sur estaban tratando de detener a las personas de origen afroamericano en las votaciones, ya sea prohibiéndolo abiertamente o mediante la imposición de requerimientos como por ejemplo aprobar una prueba de alfabetización.

Esto fue repetidamente usado durante la elección del año pasado para bloquear los requisitos de identificación del votante introducidos en algunos estados de mayoría republicana. Pero el Condado de Shelby sostuvo que la ley ya no era relevante, y ayer la mayoría de la Corte estuvo de acuerdo.

"En 1995, los estados podrían estar divididos entre aquellos con antecedentes recientes de pruebas de votación y bajo registro de votación y participación y aquellos sin esas características", dijo el juez de la Corte, John Roberts.

"Hoy, la nación no está dividida en ese sentido, pero aún la ley de derechos electorales continúa tratando como si así fuera, escribió Roberts.

LIBERALES DISCREPAN
La jueza Ruth Bader Ginsburg, escribiendo para los disidentes, dijo que el tribunal se equivocó al contradecir al Congreso, cuando había dado un sello tan rotundo de la aprobación de la ley hace sólo siete años en agosto.

"Tras el proceso de recolección de pruebas y deliberación exhaustiva, el Congreso reautorizó la VRA con un abrumador apoyo bipartidista", escribió. "A mi juicio, el tribunal se equivoca flagrantemente anulando la decisión del Congreso."

Obama dijo que no se detendría en los esfuerzos por terminar con la discriminación electoral.

"Estoy pidiendo al Congreso aprobar la legislación para asegurar que todos los estadounidenses tengan acceso igualitario a las urnas", dijo en un comunicado. "Mi administración seguirá haciendo todo lo posible para garantizar un justo e igual proceso de votación".

Los grupos de derechos civiles también estaban consternados. La NAACP, que lucha por los derechos afroamericanos, twitteó: "Hoy será recordado como un paso atrás en la marcha hacia la igualdad de derechos".

© The Financial Times Ltd. 2011