La Justicia brasileña ratificó hoy la condena por corrupción pasiva y lavado de dinero contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) en una causa relacionada con el escándalo en la petrolera estatal Petrobras.
La decisión, adoptada por un tribunal de segunda instancia de Porto Alegre luego de que los tres jueces votaran en favor de la condena, abre la puerta a la inhabilitación política de Lula y deja en manos de la Justicia electoral su posible candidatura presidencial
Los votos de los magistrados
El segundo de los tres magistrados responsables por el juicio contra el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, Leando Paulsen, también lo consideró culpable de los crímenes de corrupción y lavado de dinero y estuvo de acuerdo en elevarle la pena a doce años de prisión.
Paulsen, que es presidente de la octava sala del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, coincidió con el magistrado instructor del proceso, Joao Pedro Gebran, en que la culpabilidad de Lula quedó demostrada, por lo que sólo ahora falta que el tercero de los tres magistrados pronuncie su voto.
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"Hay prueba, encima de lo razonable, de que Lula fue uno de los articuladores, si no el principal, de la trama de corrupción" que operó en la estatal Petrobras, afirmó el juez Joao Pedro Gebran Neto, instructor del caso en el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región y el primero en votar en el juicio.
"Considero que la culpabilidad es extremadamente elevada tratándose del ex presidente", justificó el magistrado y agregó que la "gravedad" de los delitos cometidos exige una "pena mayor".
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En esta causa, una de las siete abiertas en su contra en la Justicia, la mayoría por presunta corrupción, Lula fue condenado por recibir de la constructora OAS un apartamento de lujo en el balneario paulista de Guarujá supuestamente a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera.
El juez también dio por comprobado que el inmueble, pese a estar formalmente a nombre de OAS, era "designado" para Lula en concepto de "ventaja indebida" y citó varios testimonios para respaldar su tesis, así como las visitas de él y de su fallecida esposa, Marisa Letícia, al piso.
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En su alegación, de cerca de 430 páginas y que se prolongó durante más de tres horas, manifestó que los argumentos, tomados de manera aislada, "pueden parecer frágiles", pero en conjunto, con otras pruebas, hacen "posible confirmar" los delitos.