Kofi Annan renunció ayer como enviado de paz a Siria, declarando que la militarización del conflicto y la discordia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han minado su papel.

En una columna para Financial Times, Annan detalló por primera vez que una transición política en Siria tendría que incluir la partida de Bashar al- Assad, señalando que el presidente debe abandonar su cargo.

Pero también advirtió que el foco debe estar en “las medidas y estructuras que aseguren una transición pacífica en el largo plazo, para evitar un colapso caótico”.

La renuncia de Annan como enviado de la ONU y de la Liga Árabe subraya la irrelevancia de los esfuerzos por la  paz internacional de cara al conflicto de 17 meses que ahora está incluyendo a las principales ciudades sirias.

“Como enviado, no puedo querer más la paz que los protagonistas, más que el Consejo de Seguridad o que la comunidad internacional”, dijo Annan a los reporteros. “En momentos en que necesitamos (cuando la gente de Siria desesperadamente lo necesitaba) actuar, continúan habiendo dedos apuntando y acusaciones dentro del Consejo de Seguridad.

El ex secretario general de las Naciones Unidas,se vio repetidamente frustado por el intransigente régimen sirio, la desorganización de la oposición y la amarga separación entre los poderes del oeste de Rusia y China, quienes han bloqueado los intentos para presionar por acciones fuertes.

La salida de Annan será vista como un alivio para los rebeldes sirios y los activistas opositores, muchos de los cuales lo criticaron de que había sido muy suave con el régimen.

Pero esto levantará presión en el Consejo de Seguridad, cuyos cinco miembros permanentes se aferraron a la misión de Annan como una apariencia de compromiso internacional para terminar con el derramamiento de sangre.

La ONU ha condenado el mayor acercamiento a una guerra civil pero la lucha continúa sin signos de alivio para los sirios.

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