La bruja púrpura
Hace pocos días, quien fuera ministra de Educación de la RDA por más de 20 años apareció en público en un homenaje a la difunta Gladys Marín. Importante es que nuestros jóvenes sepan que Margot Honecker, que vive en Chile desde 1992, fue protagonista importante de uno de los regímenes dictatoriales más perversos del siglo pasado. Bajo los gobiernos de Erich Honecker -su marido- y sus antecesores, se construyó el Muro de Berlín con el objetivo de que los alemanes no pudieran escapar a Occidente. Entre 1961 y 1988, más de 100.000 ciudadanos de la RDA intentaron huir a través de la frontera inter alemana o el Muro de Berlín. Más de 600 personas fueron abatidas a tiros por soldados fronterizos de la RDA o murieron de otra forma al intentar huir. Tan solo en el Muro de Berlín hubo, por lo menos, 136 muertos entre 1961 y 1989.
El régimen de Honecker no solo asesinó a decenas de personas que quisieron alcanzar la libertad, sino también fue responsable de adopciones forzosas de niños, adoctrinamiento ideológico, maltrato de niños con deficiencias y severos castigos a quienes entorpecían el férreo control del Estado. El libro “Detrás del Muro”, escrito por Roberto Ampuero, explica con detalles cómo operaba la maquinaria dirigida por Honecker. La bruja púrpura, como se llamaba a la viuda del dictador, nunca se ha arrepentido de los delitos, tampoco ha pedido perdón por el mal causado a millones de alemanes que vieron frustrados sus sueños y su libertad. Lo que indigna de esta mujer es que en vez de agradecer con un prudente silencio el gesto de haberla recibido en nuestra tierra, desafía a los chilenos con apariciones que provocan un repudio mayoritario.
Hace poco tiempo estuve en Berlín y volví a recorrer sus calles a ambos lados de donde estaba el Muro. Antes lo hice en el 83, con el Muro aún erecto. Recuerdo, siendo un profesional joven, que me daba repugnancia constatar in situ cómo perros y guardias impedían que alguien pudiese emigrar. El doble estándar oficial en Chile nos lleva a que desde la máxima autoridad de la nación hasta los miembros del gobernante PC, no tengan la valentía de fustigar ese drama universal de reciente fin. Más indigna que una de las principales responsables de tanto dolor circule desafiante por un país que también sufrió los horrores del marxismo, con secuelas aún no selladas. Tal como se pretende imponer en Chile, la RDA tenía un sistema de educación uniforme y forzoso, impulsado por Margot Honecker. En momentos en que en nuestro país se implementan cambios drásticos en la educación y en los que la presidenta de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados es una ferviente admiradora del cruel gobierno de la RDA, debemos estar muy atentos.
Chile no merece transitar hacia el totalitarismo y debe aprender de lo sucedido en un régimen político que masacró y encarceló a su pueblo por pensar diferente. Al diputado Jackson lo invito a aprender de historia, para que en sus decisiones diarias tenga en su corazón a esos millones de alemanes que fueron sometidos por la doctrina que aún abraza Margot Honecker. Este ciudadano también hace un llamado a Margot, a terminar sus días en paz y no provocando desde la distancia a sus propios compatriotas. Con actitudes como la de Margot Honecker, flanqueada por diputados oficialistas, nunca Chile estará unido. Un gesto de la Presidenta Bachelet, condenando a la RDA y a sus jerarcas, sería el inicio de ese camino. Parece contradictorio que Margot participe libre en actos públicos, mientras decenas de militares chilenos ya octogenarios estén encarcelados, algunos sin haber tenido un juicio justo.
*El autor es ingeniero comercial de la Universidad de Chile (amjpulso@gmail.com).
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