Barack Obama prometió la mañana después de su elección que buscaría a sus oponentes y que tomaría medidas sobre las necesidades más urgentes de la nación.
Pero mientras se dirige hoy a una reunión de notoriedad con líderes empresariales, el panorama desde Washington a Wall Street es que la lista de los que se espera que asistan, de algunas de las mayores empresas en EEUU, cuenta una historia diferente.
La Casa Blanca invitó a varios de los ejecutivos a los que normalmente recurre para consultas. No fueron invitados los representantes de los mayores bancos de Wall Street o instituciones financieras que son grandes actores en los mercados de capitales y que juegan un rol importante durante las negociaciones en torno al abismo fiscal.
“Han estado ahí cientos de veces”, contó un ejecutivo de servicios financieros en Nueva York. “Al presidente puede no gustarle admitirlo, pero no se puede ignorar a los mercados financieros. Pueden no gustarte, pueden recibir sueldos excesivos, pueden haber apoyado a Romney, pero no habrá creación de empleos hasta que los bancos empiecen a prestar”, agregó una persona.
Una autoridad de la administración aseguró que la Casa Blanca haría más reuniones y que los empresarios que asistan a la cita de hoy estarán para abordar específicamente el impacto potencialmente negativo sobre el gasto del consumidor si Washington no logra alcanzar un acuerdo para evitar una crisis.
Entre los que se espera que asistan están Mike Duke, CEO de Walmart, Alan Mulally de Ford y Kenneth Chenault de American Express.
Un banquero dijo que existía “alivio” por no haber tenido que dar vueltas las agendas para tener una “oportunidad de fotografía” y calculó que habrá más reuniones de peso más adelante, con representación de Wall Street.
La Cámara de Comercio de EEUU, el mayor grupo de lobby empresarial, que respaldó el estímulo de Obama en 2009, pero que fue un acérrimo opositor de sus leyes de reforma a la salud y al sistema financiero, dijo que no había sido contactado por la Casa Blanca respecto a la reunión.
Tom Donohue, presidente de la cámara, dijo: “Creo que es justo decir que la cámara entiende a esta Casa Blanca y tenemos acceso absoluto a lo que pase en la conferencia y tendremos discusiones adecuadas con gente en y fuera de la Casa Blanca”.
Se espera que los líderes empresariales jueguen un rol importante cuando se enciendan las negociaciones entre la Casa Blanca y el congreso, con la mezcla de recortes de gastos automáticos y aumentos de impuestos descritos como el fiscal cliff.
La gran duda es cómo Obama abordará los intereses de empresas que han manifestado su apoyo a los posibles aumentos de impuestos a cambio de un gran acuerdo por la reducción del déficit que también reduciría el gasto gubernamental en partes populares entre los demócratas, como Medicare y Medicaid.
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