"Ya lo dije, voy y no vuelvo...a esto no vuelvo". Medio en broma medio en serio, la ahora ex Presidenta Michelle Bachelet respondió así a una pregunta de la prensa mientras se tomaba la fotografía de cierre con su elenco de subsecretarios. No es una frase nueva. La ex mandataria la utilizó en varias ocasiones durante las actividades finales de su segundo Gobierno, dejando en claro antes de cualquier especulación posible -como ocurrió en 2010, apenas abandonó Palacio- que ayer dejó La Moneda por última vez, para no regresar. Al menos no como Presidenta de la República.
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La ex mandataria llegó a Palacio a las 08.29, fue recibida por última vez por la guardia de honor de Carabineros y por cientos de adherentes que llegaron de madrugada a la Plaza de la Constitución para despedirla. Más temprano, en una entrevista a TVN en el auto oficial que la trasladó desde su casa a Palacio, Bachelet dijo estar tranquila, agradecida y "orgullosa de lo que hemos hecho". "Me voy tranquila, insisto en que me hubiera encantado avanzar en mejorar pensiones, en un montón de cosas, pero hicimos todo lo que pudimos", afirmó.
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Si bien ha descartado una tercera candidatura, la ex Presidenta sí confirmó que participará activamente en el debate público, que defenderá las causas y los avances impulsados por la administración que terminó ayer. Sus cercanos han admitido que Bachelet podría reflotar -en el corto plazo- la idea de una nueva fundación, o de un centro de estudios, que apuntale a ese fin, rearticulando además a sus equipos de trabajo.
Varios de los miembros de su gobierno pretenden mantenerse en el debate público, por ejemplo, a través de columnas de opinión.
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Apenas dejó La Moneda por primera vez, en 2010, Bachelet creó la Fundación Dialoga. La organización reclutó a sus colaboradores más cercanos -Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas, entre ellos- para defender la obra de su gobierno y enfocarse en la formación de jóvenes. Con el tiempo, Dialoga se fue transformando en el centro de operaciones de su segunda candidatura, y años más tarde, cerró.
Esta vez, admiten en su entorno, el formato no sería el mismo, apuntaría más a temas de género y de desigualdad. Tampoco se repetiría el mismo elenco, porque muchos de sus ex colaboradores migraron durante su compleja segunda administración o pasaron a engrosar otros proyectos.
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Lo anterior se suma a su participación en la junta consultiva de alto nivel sobre mediación de la ONU, cargo que le solicitó el secretario general del organismo António Guterres.
Además, la ex mandataria liderará una comisión de la Organización Panamericana de Salud (OPS), encargada de desarrollar políticas de fortalecimiento de la atención primario. Esto se suma al cargo ad honorem de la OMS donde reemplazará a Graca Machel, viuda de Mandela.
"Son temáticas en las que me siento comprometida. Implica que podré estar en Chile, que habrá momentos en los que podré descansar. Pero voy a tener que estar pensando, trabajando, viajando", dijo Bachelet la última semana.
Ayer, tras tomarse las fotos de rigor con sus subsecretarios, ministros y con los funcionarios de La Moneda, Bachelet caminó desde el Patio de Los Cañones al Patio de los Naranjos donde cientos de emocionados adherentes, apostados en galerías dispuestas para la ocasión con banderas, poleras y afiches, la despidieron efusivamente.
Los ahora ex ministros cumplieron con el mismo ritual. ¿Los más aplaudidos? Heraldo Muñoz y Nicolás Eyzaguirre.
La ex mandataria también se dio el tiempo para salir por uno de los balcones de Palacio y saludar a quienes le dieron un último adiós desde la Plaza de la Ciudadanía. En ese lugar se repitieron las banderas con la leyenda "Gracias Michelle".
Algunos colaboradores de la ahora ex presidenta, como Pedro Güell o Ana Lya Uriarte, optaron por mantener hasta el último minuto un segundo plano. A las 10.03, partió rumbo al Congreso.
A las 11.44, Bachelet llegó a Valparaíso para entregar la banda presidencial. Acompañada por Mario Fernández, saludó uno a uno a los miembros de la Cámara y el Senado designados para recibir a los invitados. En el grupo había dos ex miembros de su gabinete: Ximena Rincón, que volvió al Senado, y Marcelo Díaz, que a partir de ayer es nuevamente diputado.
Varios legisladores de la extinta Nueva Mayoría portaron una chapita en el salón de honor con la leyenda "Gracias Presidenta".
A las 12.12, tras entregar la banda presidencial a Sebastián Piñera en una ceremonia que se hizo más corta de lo acostumbrado, la ex mandataria se retiró del Congreso en Valparaíso acompañada por su madre, sus ex ministros y ex subsecretarios y sus más estrechos colaboradores.
Con ellos, Michelle Bachelet participó en un almuerzo de cierre en la histórica Casona Cañaveral, en el sector de El Arrayán. Un lugar con simbolismo para la izquierda: allí Salvador Allende pasaba algunos de sus fines de semana. La propiedad estaba bajo el nombre de su secretaria privada, Miria Contreras, la Payita, fue confiscada por los militares y luego retornó a manos de la familia de Contreras. Hoy está convertida en un centro de eventos.
Después de unas vacaciones, con varios de ellos volverá para rearticularse y participar en el debate público. En las causas que la muevan.
A partir de ahora, como la ciudadana Michelle Bachelet, tal como reza la biografía de su cuenta en Twitter, la que modificó apenas dejó el cargo. "Amo profundamente a Chile. Confío en su pueblo y su capacidad de construir un mejor país. Para avanzar, de la mano de nuevos liderazgos, en ese sueño de mayor justicia y libertad para nuestra Patria, siempre contarán conmigo. ¡Ha sido un honor ser su presidenta durante ocho años!", escribió en la red social.