Difícil. Así dicen que será la idea de que Sebastián Piñera mantenga un bajo perfil tras dejar La Moneda, tal como lo hicieron sus antecesores, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, al concluir sus períodos presidenciales y tomar distancia de la primera línea de fuego.
Se trata de esa compleja transición de ser protagonista hacia asumir un rol secundario, y que en el mundo político algunos califican como la enfermedad del poder.
Y es que de los cuatro ex mandatarios de la Concertación desde el regreso de la democracia, dos intentaron ser inquilinos de La Moneda por segunda vez: Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Michelle Bachelet.
Aunque se ha encargado de negarlo públicamente, a ese selecto grupo podría agregarse un tercer nombre, el del propio Piñera.
No son pocos los que ven con entusiasmo la opción de que el mandatario vuelva a vestirse de candidato el 2017, pero aún queda mucha historia por contar.
Por ahora, el jefe de Estado entra en la cuenta regresiva para dejar el poder. Tras concluir su mandato, buscará proyectar el legado de su administración a través de varios brazos, por intermedio de fundaciones: Tantauco, para la conservación ambiental; Futuro, para cultura y educación; y el nuevo centro que pretende configurar tras dejar La Moneda, y que albergará a algunos de sus ministros y más estrechos colaboradores.
La nueva fundación debiera abrir sus puertas en marzo ó abril, conformada por un director ejecutivo “Sub 40”, consejeros y otros cargos ejecutivos. Ese será el brazo armado del “piñerismo”, pero en paralelo, dicen cercanos al presidente, el Parque Tantauco se verá fuertemente reforzado, convertido en polo social, turístico y ecológico.
Más alla de dedicarse a las fundaciones bajo su alero, Piñera mantendrá un bajo perfil político al abandonar Palacio y combinará viajes al extranjero para dictar cátedras o participar en seminarios- como al que fue invitado por Mario Vargas Llosa en marzo a Lima- con su presencia en Chile.
Pocos días antes de dejar el poder, el presidente encabezará la inauguración de los juegos sudamericanos que se desarrollarán en Santiago, y no se descarta que participe en otros eventos deportivos.
85 DÍAS DE CONVIVENCIA
En lo que resta de su mandato, Piñera deberá convivir con una presidenta electa durante un período más extenso que el habitual, debido a la modificación que adelantó la segunda vuelta para diciembre.
El mandatario tendrá que incluir en varias reuniones a Michelle Bachelet, como los preparativos para el fallo de La Haya, el 27 de enero, y la coordinación del traspaso de mando, procedimiento para el que ya se repartió a ministerios y jefaturas de servicio un instructivo.
La agenda del presidente durante los tres meses que restan para finalizar su mandato estará marcada por una serie de inauguraciones de obras, como estadios, centros deportivos, hospitales, con un fuerte énfasis en el legado bicentenario, además de reforzar el cierre de la reconstrucción tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 y que marcó la antesala a su asunción al poder.
En paralelo, de aquí al 11 de marzo restan cinco semanas legislativas, que se dividen una en diciembre, tres en enero y una en marzo, donde se reforzarán proyectos para cerrar el primer gobierno de centroderecha, que podría dejar a Piñera saliendo de La Moneda con una aprobación cercana al 45%, cifra que prácticamente duplica a la adhesión que tuvo durante sus peores momentos en el gobierno.
Ayer, en tanto, tras conocer el resultado que otorgó un triunfo a Bachelet, el presidente se comunicó telefónicamente con quien será su sucesora para felicitarla.
“De parte nuestra siempre va a tener una actitud leal, constructiva y patriótica”, dijo minutos más tarde en La Moneda.
En un gesto inédito, Piñera partió anoche desde Palacio a saludar personalmente a Evelyn Matthei, la candidata derrotada, y hoy visitará a primera hora a Bachelet.
Durante esta jornada, el jefe de Estado encabezará a partir de las 17.00 un consejo de gabinete con el que pretende fijar las prioridades para los últimos tres meses que restan de su gestión, como las últimas cuentas públicas ministeriales, la gira de despedida del propio presidente y los preparativos de cara al fallo de La Haya, que se conocerá a fines de enero.
Con todo, sobre la derrota presidencial de Matthei, en Palacio asumen el golpe, que según relataron, era un escenario esperable. Hubo quienes apostaban a que se superara la barrera del 40%, que va en línea con el respaldo que hoy tiene Piñera. “Es una mala derrota”, comentaron ayer fuentes de gobierno, donde se apuntó también a la baja participación.
El propio mandatario ayer, tras conocer el último cómputo, apuntó a ello. “Creemos en la libertad y que los chilenos deben votar por compromiso y no temor a una multa”, dijo Piñera.