Meredith Whitney es la mujer que predijo la crisis bancaria de Estados Unidos. Es conocida como la "dominatriz del dólar" y la gente recorre grandes distancias solo para escuchar lo que tiene que decir, incluso si después se arrepiente. En 2007 predijo que Citibank recortaría su dividendo, y lo hizo. Pero en 2010 predijo que entre 50 y 100 bonos municipales caerían en default y no lo hicieron. Michael Lewis ha dicho que ella es "lo más cercano en Wall Street a un oráculo", mientras que el comentarista de Fox TV, Charlie Gasparino, señaló que "no tiene ninguna neurona".
Ya sea oráculo o víctima de una lobotomía, Whitney hace su tarea. Escribió un libro justificando el aviso sobre los bonos municipales hace dos años. Dijo que perderían cientos de miles de millones de dólares en un año y no ocurrió nada. Tampoco pidió disculpas. Ella se defiende, diciendo que los estados costeros, que fueron los más golpeados por el colapso inmobiliario, sufrirían un éxodo masivo de gente escapando de las regulaciones, deudas e impuestos punitivos, a estados con menores impuestos.
Pero, ¿se irá ella misma de Nueva York? Dice que no, que le encantaría irse a Bermudas, donde tiene una casa con John "Bradshaw" Layfield, el ex jugador de lucha libre convertido en asesor financiero que conoció en televisión y con quien luego se casó. Sin embargo, sus clientes la necesitan en NY. "Cientos de miles de millones (de impagos) aún son posibles", dice, agregando que "Detroit está a punto de caer en bancarrota".
Mientras tanto, cualquier mejoría aparente en las finanzas de California es una ilusión. Ella repite su argumento con intensidad: los contribuyentes están hartos de pagar todos los costos, mientras a los tenedores de bonos les llega todo el dinero. Alguien tiene que ceder.
"No soy una víctima", señaló. "Estoy agradecida del reconocimiento de mi nombre. Los analistas no son una comunidad muy sexy".
Cuenta que son las personas más aburridas y raras de Wall Street, ya sea que parezcan nerds o se asemejen a "conserjes de alto vuelo". Entonces, cambia el tema de la conversación para autopromocionarse. "Soy conocida por el aviso de Citi, pero no soy una one-hit wonder. Siempre estuve al lado bajista".
Agrega que no se perdió nada de la crisis financiera. "Dos semanas después de lo de Citi escribí un paper sobre lo centrales que eran las calificaciones de agencias para las necesidades de capital de los bancos. Fue perfecto".
En 2008 aún trabajaba para Oppenheimer, en Wall Street. Ella viajaba por el mundo, contratada por hora para hablar con clientes. Su salario era de US$100.000 por hora. "Si no lo hubiese valido, la gente no lo hubiese pagado", dice, agregando que así funcionan los mercados. Sin embargo, ella no estaba de acuerdo con que Oppenheimer se quedara con la mayor parte del dinero. "Si soy tan inteligente, por qué no estoy ganando dinero", pensaba. "Estuve en la portada de Fortune, pero no hubo un e-mail para toda la oficina ni siquiera una pizza".
Entonces, en 2009 formó Meredith Whitney Advisory Group y con un equipo de diez personas prepara documentos de investigación de 500 páginas. Ahora decidió ir más lejos y empezar a invertir su dinero y el de otras personas en "todo el súper ciclo de inversión". Consultada sobre si su idea es hacerse multimillonaria, responde: "para mí se trata de tener la razón".
Al ser cuestionada sobre si se ha equivocado, responde que en algunos avisos, algún tiempo atrás. Y sobre por qué piensa de que aún haya tan pocas mujeres en Wall Street, primero responde que las mujeres son muy inteligentes para ello. Luego, agrega que a las mujeres no les interesan las finanzas. Pero entonces, dice que a los hombres tampoco. ¿Y ella? La respuesta parece ser porque es difícil. "Tenía mejores notas en el colegio en las clases más difíciles. Si una clase se suponía que era fácil, no obtenía la mejor nota. Me distraía".
¿Y sobre ser una mujer de carácter fuerte en Wall Street? Afirma que a las mujeres atractivas no se las toma en serio, pese a que en su caso ha movido al mercado.
Unas semanas antes de esta entrevista, Paul Tudor Jones, jefe de un hedge fund, desató una tormenta al decir que las mujeres que aún están amamantando no podrían tomar buenas decisiones de inversión. Whitney, que no tiene hijos, señala que no lo sabe. "Paul es un tipo excelente, probablemente fue sacado de contexto", entonces añade "sin embargo, lo he pensado recientemente porque los hijos de mis amigos son tan tiernos y divertidos. Me gustaría tener hijos. Y si los tuviera... mis prioridades definitivamente serían distintas".
Whitney confiesa este arrepentimiento personal como lo hace con todo, como un simple hecho. Su mayor tristeza es que su esposo sería un gran padre. "John es casi un santo. Si fuera un personaje de caricaturas tendría pajaritos en sus hombros", señala.
Por último, asegura que las personas "tienen una gran elección en la vida; ser felices o no, es una elección simple".