Fue un día de aplausos, llantos y abrazos en el Congreso. Ayer, contrario a las peleas y discusiones políticas que se ven cotidianamente, los parlamentarios dejaron aflorar sus emociones en el último día de legislatura, que frenó la carrera de 68 senadores y diputados que no fueron reelectos o no compitieron, y que a la vez puso fin al último Parlamento escogido con el sistema binominal.
En el Senado, la atención estuvo centrada en Andrés Zaldívar (DC), quien inició su carrera política hace 50 años y que ayer presidió por última vez la testera de la Cámara Alta. "Participé activamente en las transformaciones sociales en los 60, viví el quiebre de la institucionalidad de los años 70, el exilio y los horrores de la dictadura", dijo, destacando que fue electo senador por cuatro períodos.
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También hubo homenajes para otros parlamentarios. En su último encuentro, la comisión de Educación agradeció a Ignacio Walker (DC) por sus 16 años como diputado y senador, y la de Minería hizo lo propio con Baldo Prokurica (RN), próximo ministro del ramo, en un encuentro en el que participó, por ejemplo, Alejandro Guillier.
En la Cámara, también hubo momentos emotivos, como el que protagonizó la diputada Karla Rubilar, próxima intendenta de Santiago, quien rompió en llanto al agradecer el apoyo que recibió durante la enfermedad que la aquejó en 2015.
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O el recuento que hizo Sergio Ojeda (DC), quien estuvo 28 años ininterrumpidos en el cargo, siempre en la comisión de Derechos Humanos. "Te doy gracias Dios mío que me diste la sabiduría, consecuencia y virtud de no olvidarme de ellos (sus electores) en democracia, luego de luchar por ellos en las trincheras de la dictadura", dijo Ojeda.
Lautaro Carmona (PC), quien cayó en su intento por lograr que el comunismo llegara al Senado, resaltó la lucha que dio su partido por volver al Congreso tras 37 años y destacó que en el actual gobierno "hemos servido con lealtad, con nuestras mejores capacidades y con la humildad de quien sabe que aporta a un proceso".
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Quien se fue con aplausos de parte de la prensa fue el diputado Jorge Tarud (PPD), destacado por su disposición a atender a los periodistas. Pero no se va para siempre. "Seguiré muy pendiente de la marcha del país y del acontecer nacional, particularmente en momentos en que algunos desconocen nuestros tratados y soberanía", lanzó al momento de retirarse.
Descrédito de la política
Pese a las muestras de afecto, este Parlamento atravesó momentos críticos: su labor fue fiscalizada con mayor intensidad y la sociedad no aguantó prácticas que antes eran consideradas casi normales. Y como resultado, fueron reveladas las irregularidades en el financiamiento de la política y en la práctica parlamentaria que aumentaron la desconfianza ciudadana.
De hecho, esta legislatura tuvo seis parlamentarios desaforados: Carlos Bianchi (ind.), que enfrentó problemas judiciales; Jaime Orpis (ex UDI), involucrado en el caso Corpesca, que lo llevó incluso a la cárcel y por el cual prontamente enfrentará un juicio oral; Rosauro Martínez (RN), detenido y procesado por el crimen de tres miristas en 1981, lo que lo alejó de la labor parlamentaria apenas dos meses después de iniciado este período; Gaspar Rivas (ind.), quien enfrentó una querella de Andrónico Luksic por injurias; Iván Moreira (UDI), involucrado en el caso Penta y que tuvo hace poco una salida judicial alternativa; y Fulvio Rossi (PS), involucrado en el caso SQM.
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Todos ellos, excepto Moreira, que está en la mitad de su periodo, dejaron el Congreso. "Yo separo mi gestión en dos períodos. Los primeros 13 años fueron fecundos al lograr promover cosas buenas para mi región y al plantear una agenda progresista. Y los tres últimos años fueron un período negro, caracterizado por las calumnias y persecución, pero me deja muchas lecciones. La guinda de la torta fue el fallo de la Corte Suprema que me permite salir absuelto de todas estas mentiras", dijo Rossi.
En su alocución, Zaldívar también se refirió a las controversias, sobre todo en las que se vio él envuelto, como la famosa "cocina" para llegar a acuerdos entre cuatro paredes en el Congreso, o su designación en el Consejo de Asignaciones Parlamentarias, que le permitirá seguir en el edificio de Valparaíso sin ser senador.
"Los momentos más tristes que me han tocado vivir son aquellos en que se me ha atacado injusta y gratuitamente como persona, dañando de paso a toda mi familia; en que se han emitido juicios y acusaciones sin el más mínimo fundamento", aseguró el senador.
Ayer, mientras ocurrían los discursos, decenas de oficinas comenzaban a desocuparse. Los parlamentarios deben retirar sus pertenencias mañana, para que el lunes lleguen los nuevos moradores. En tanto, continuaban los trabajos en el edificio: en los pisos 3, 4 y 5 de la Cámara aún había obreros habilitando espacios para recibir al primer Congreso sin el binominal.