Pese a que la nueva administración argentina ha sido elogiada desde que asumió, sin duda que no ha sido un período fácil. En diciembre, Mauricio Macri se apresta a cumplir un año en la primera magistratura en medio de una constante lucha por reactivar la economía de su país. Pero junto con ello, la labor del Presidente también ha estado enfocada en mostrar una cara distinta de Argentina, lo que por lo menos a nivel de mercado ya está dando algunos resultados favorables.
Los desequilibrios heredados que enfrenta Argentina en materia fiscal, cambiaria y monetaria, son tan elevados que sería imposible pedirle a la actual administración que solucione los problemas de un día para otro. La gradualidad que ha introducido Macri ha sido necesaria para evitar que la oposición a sus políticas llevara a un contexto que pudiese resultar inmanejable. Los ajustes siempre son duros, más en un país como Argentina que durante la era de los Kirchner se acostumbró a vivir en un contexto de subsidios. Al actual mandatario le está tocando la misión de sincerar la situación, por ejemplo las tarifas de los servicios básicos, y eso siempre genera rechazo.
El mandatario argentino está yendo por el rumbo correcto que debería permitir que Argentina se reactive. No es una tarea rápida, por lo tanto, es necesario que Macri cuente con el tiempo para lograrlo.