México se está convirtiendo en la niña linda de los inversionistas internacionales, saliendo de la sombra de Brasil, tras haberse expandido alrededor de 4% en 2012, casi el doble del promedio de crecimiento anual este siglo.
Los inversionistas extranjeros pusieron su dinero y durante los primeros nueve meses de 2012, canalizaron $57.000 millones en acciones y bonos mexicanos - más de cinco veces la cantidad que invirtieron en Brasil durante el mismo período. Sin duda el índice de la bolsa mexicana que llegó a un récord este año.
La explicación es que desde que Enrique Peña Nieto, ex gobernador estatal, ganó la elección presidencial para el PRI, los inversionistas lo vieron como la mejor opción para liberar la parálisis parlamentaria que bloqueó las reformas estructurales que, según los analistas, transformarían la lenta economía mexicana en un tigre azteca.
El interés internacional en México se ha enfocado en la capacidad del país como base de producción desde donde las compañías puedan exportar a EEUU. Además, las reformas de Peña Nieto pretenden cultivar un ambiente más sano para inversiones del exterior a la economía itnerna. El mandatario busca introducir más competencia en telecomunicaciones y energía, a medida que da pasos para impulsor los ineficientes sistemas de impuestos y educación.
Peña Nieto ha promovido la idea de un gobierno inclusivo. Después de apenas 24 horas de su toma de posesión el 1 de diciembre, se produjo el Pacto por México, un documento de 95 propuestas de reforma firmado por los líderes de los principales partidos políticos. Algunos observadores vieron el pacto como otro pedazo de papel.
Pero entre otras cosas, Peña Nieto propuso más competencia en telecomunicaciones, debilitando al mismo tiempo a Televisa y Azteca, canales del sector privado, creando dos canales de televisión.
Pese al éxito inicial, será una tarea difícil aprobar reformas de energía e impuestos. Los legisladores pasaron años debatiendo la necesidad de una revisión. Ahora comenzaron a mirar al altamente protegido sector energético, controlado por Pemex, la empresa petrolera estatal e ícono de orgullo histórico.
México ha sido por mucho tiempo un gran productor de petróleo y cerca de un tercio de los ingresos del gobierno provienen del petróleo. Pero la ausencia de nuevos descubrimientos y los pozos de envejecimiento ha llevado a una caída de 24% en la producción desde 2004. Incluso se ha previsto que México podría convertirse en un importador neto de petróleo si el gobierno no permite que el sector privado desempeñe un papel más importante a corto plazo.
De forma crítica, sigue la guerra contra las drogas, que ha cobrado unas 70.000 vidas en los últimos seis años. El presidente quiere dar prioridad a la seguridad de los mexicanos. En una iniciativa con que cree que va a conseguir este resultado, ha puesto a la seguridad pública a cargo del Ministerio del Interior.
Sin embargo, la administración también está tratando de desalentar la cobertura mediática de la violencia poniendo fin a la práctica, común durante la administración de Calderón, de hacer conferencias de prensa para los traficantes capturados. Como un asesor del gobierno dijo a Financial Times hace poco: “¿Por qué habríamos de llamar la atención sobre esto? No es de nuestro interés”.
Pero cualquier enfoque estético es poco, mientras que los asesinatos siguen siendo tan extendidos. Los expertos admiten que no hay soluciones rápidas. Duncan Wood, del Centro Wilson dice: “Si los niveles de violencia no bajan, va a ser un gran problema para el gobierno”.
Con todo, hoy en día el PRI vive un retorno. En parte, afirma Roy Campos, encuestador en la Ciudad de México, se debe a las acusaciones de corrupción que han tocado a todos los partidos más importantes del país, de una forma u otra. “Los votantes solían pensar que el PRI tenía el monopolio de los problemas de corrupción”, dice el Campos. “Ahora no es así.”
Pero también es verdad que el partido fundado en 1929 nunca perdió el control. Tras la salida de Vicente Fox aún mantuvo 32 escaños estatales y ahora mantiene 21.
Bajo el antiguo sistema centralizado y jerárquico, este tipo de escaños locales eran poco importantes, manejados por políticos fieles a las órdenes presidenciales . Los presidentes del PRI normalmente eligen a sus sucesores entre sus ministros de Ciudad de México, y casi nunca entre los gobernadores estatales.
Pero el PRI utilizó su poder regional y logró que el nuevo líder, Enrique Peña Nieto, sea el primer presidente de su partido en medio siglo que venga de ser un gobernador.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
Debes saber
¿Qué sucede?
La economía mexicana está creciendo y los inversionistas internacionales tienen los ojos puestos sobre ella.
¿Por qué?
Cuando Peña Nieto, ex gobernador estatal, ganó la elección presidencial para el PRI, los inversionistas lo vieron como la mejor opción para liberar la parálisis parlamentaria que bloqueó las reformas estructurales.
¿Qué implica?
El interés internacional en México mira su capacidad como base de producción de empresas para exportar a EEUU.